Si bien la Spodoptera frugiperda es una especie polífaga, afecta principalmente los cultivos de maíz y sorgo. Durante los primeros días de desarrollo de la planta, la larva puede actuar cortando la planta cerca del suelo (como cortadora) o defoliándola parcial o totalmente, lo que puede causar la muerte de la planta. Durante el período de desarrollo vegetativo (6 hojas en adelante), el daño generalmente se circunscribe al cogollo (actuando como cogollera). En la última etapa del cultivo, puede afectar la panoja, estigmas y granos. Los maíces sembrados en zonas cálidas son los más afectados por esta plaga, así como los tardíos en zonas templadas.
Jovanna Vargas, jefe de desarrollo de Rainbow Bolivia, señala que esta plaga es de importancia económica para un cultivo como el maíz, que también representa la seguridad alimentaria, sobre todo en los países de América.
«Como todo programa de manejo integrado de plagas, cuando se quiere establecer técnicas de manejo con herramientas o controles, estas deben descansar sobre una base importante que tiene que ver con la taxonomía, que es la identificación de los insectos plagas». Vargas recalca que, para tomar decisiones importantes contra la plaga del gusano cogollero, es esencial conocer:
Técnicas de manejo de plaga: control químico, control biológico, comportamiento, manipulación genética de la plaga, variedades resistentes a insectos y manipulación del ambiente.
Base para toma de decisiones: mortalidad natural en el agroecosistema, niveles de control, muestreo y taxonomía.
La Spodoptera frugiperda presenta características propias en comparación con otras variedades de Spodoptera. Por ejemplo, tiene na gran capacidad de adaptación y resistencia, alta capacidad reproductiva y un gran número de hospederos, lo que la hace difícil de controlar y genera un impacto significativo en el rendimiento final del cultivo.
Reproducción
La Spodoptera frugiperda tiene un sistema de reproducción muy avanzado. Pasa por cuatro estadios, con una metamorfosis completa que incluye el huevo, luego entre 6 a 7 estadios larvarios, la pupa, que puede durar de 9 a 13 días, y finalmente el adulto. Este presenta dimorfismo sexual, siendo la hembra capaz de poner hasta 1.500 huevos.
Jovanna Vargas, explica que el control de estos huevos es difícil debido a una especie de escama que los protege, lo que complica la acción de los enemigos naturales. La duración de vida de las hembras es de 30 a 40 días, mientras que la de los machos es relativamente menor. Sin embargo, solo el 8 % de los huevos logran eclosionar, pero el problema más serio es el canibalismo entre las larvas, que genera una dispersión más rápida, inundando el cultivo en poco tiempo.
«La Spodoptera frugiperda puede ingresar al maíz por cualquier parte de la mazorca», advierte.
«Tenemos que manejar las plagas con conceptos básicos de control biológico»
Alimentación y hospederos
El segundo punto que la hace una plaga difícil de controlar es su alimentación. Lamentablemente, la Spodoptera tiene muchos hospederos: se han contabilizado más de 200 y cada año aumentan debido a las condiciones del cambio climático. Además, afecta cultivos como gramíneas, algodón, soya, trigo y sorgo, y puede sobrevivir en algunas malezas.
«Es necesario realizar un buen control de barbechos para una mayor eficiencia».
Adaptación
El tercer punto que la hace difícil de controlar es su capacidad de adaptación. Debido al cambio climático, la Spodoptera frugiperda puede dispersarse en el campo y adaptarse a diferentes condiciones de alimentación y temperatura.
Daños a los cultivos
La Spodoptera frugiperda genera daño en todas las etapas del cultivo. Es la plaga más común en el cultivo de maíz. Es importante realizar el control en todos los estadios fenológicos del cultivo para evitar que se disperse y destruya las plantas, controlándola preventivamente.
Existen programas de monitoreo de resistencia cuya finalidad es retrasar la aparición de resistencia, algo que inevitablemente sucederá. Sin embargo, el objetivo es retrasar este proceso para que las moléculas químicas puedan utilizarse durante más tiempo.
Es necesario proporcionar información que permita predecir la evolución de este proceso, con el fin de preservar la eficacia de las moléculas químicas en el campo. Para esto, existe el manejo integrado de plagas.
¨Hay que trabajar bastante en la preservación de los enemigos naturales para garantizar la sostenibilidad en el tiempo», destaca Vargas.
Control Biológico
Se han identificado 351 especies de controladores biológicos para el gusano cogollero: 263 son parasitoides y 88 son depredadores. La finalidad de conocer cada uno de estos enemigos naturales es que las técnicas de manejo apunten a preservarlos.
«Tenemos que manejar las plagas con conceptos básicos de control biológico», enfatiza Vargas.
Fuente: Jovanna Vargas
Redacción: Publiagro