El compostaje es un proceso que consiste en convertir desechos orgánicos en abono para el suelo. Es una práctica sostenible que mejora la calidad del suelo y ayuda al crecimiento de las plantas.

Alejandro Arispe, coordinador técnico de la Hacienda Patiño, explica que diversos alimentos pueden utilizarse para el compostaje, tales como hojas secas, ramas, cáscaras de frutas y verduras, hierba, té, café, restos de poda y cáscaras de huevo. Estos elementos aportan los nutrientes necesarios para enriquecer el suelo de manera natural.

Mezcla y aplicación

Arispe asegura que el proceso de compostaje y su aplicación en los cultivos es muy sencillo. En el caso de las hortalizas, se recomienda utilizar de 2 a 4 kilos de compost por metro cuadrado, aunque también es posible aplicar una mayor cantidad según las necesidades del terreno. Para árboles grandes, la cantidad sugerida es de una o media carretilla por árbol.

La aplicación del compost implica hacer un círculo de aproximadamente 20 centímetros de ancho y 5 centímetros de profundidad alrededor del árbol o planta, donde se deposita el compost y luego se cubre con tierra.

En el caso de los potreros, Arispe recomienda aplicar al menos 10 toneladas de compost por hectárea. Por otro lado, para huertos urbanos o macetas, sugiere una mezcla compuesta por un 50 % de compost y un 50 % de tierra del jardín.

Beneficio para el suelo

El compostaje ofrece múltiples beneficios para el suelo. Arispe destaca que el compost contiene todos los nutrientes que las plantas necesitan, lo que elimina la necesidad de aplicar otros productos adicionales. Al ser una materia orgánica, actúa como una esponja que absorbe agua, retiene y libera nutrientes, y mejora la estructura y oxigenación del suelo.

«No nos olvidemos de algo importante: estamos convirtiendo ‘basura’ en agua», enfatiza Arispe, subrayando la capacidad del compost para mejorar la retención de humedad en el suelo.

«Cuando se habla de grandes cantidades de basura para compostaje, debe haber políticas municipales que ayuden a crear conciencia en la gente»

Microorganismos

Arispe explica que los responsables de la descomposición de la materia orgánica son los microorganismos presentes en el compost. Estos microorganismos realizan funciones esenciales, como reciclar nutrientes, descomponer la materia orgánica para convertirla en humus y liberar los nutrientes necesarios para el crecimiento de las plantas.

Compostaje en pilas y compostaje en contenedor

El compostaje puede realizarse en pilas o en contenedores, dependiendo del espacio disponible y del tipo de cultivo. El compostaje en contenedores es una práctica común en huertos urbanos debido a la limitación de espacio. En este caso, se utiliza un recipiente al que se le realizan agujeros para permitir la entrada de oxígeno y evitar la presencia de roedores e insectos.

Por otro lado, en zonas rurales o campos de cultivo más grandes, el compostaje se lleva a cabo mediante pilas de manera abierta, lo que permite un manejo más eficiente de grandes volúmenes de desechos orgánicos.

Aireación en el compostaje

 «Lo que nosotros hacemos es un compostaje aeróbico, es decir, que los microorganismos, mientras más oxígeno reciban, más rápido descomponen la materia orgánica y generan menos olores», explica Arispe. La aireación es fundamental para garantizar un proceso de compostaje eficiente y evitar la proliferación de malos olores.

Oportunidades y desafíos para el compostaje en el futuro Para Arispe, el compostaje a gran escala requiere la implementación de políticas municipales que promuevan la separación de residuos orgánicos y no orgánicos en los mercados, en las escuelas y entre la población en general.

«Cuando se habla de grandes cantidades de basura para compostaje, debe haber políticas municipales que ayuden a crear conciencia en la gente», señala.

Asimismo, Arispe menciona que existe una oportunidad para que las empresas trabajen con residuos orgánicos, lo que podría convertirse en un negocio rentable. Sin embargo, enfatiza que esto dependerá en gran medida de la existencia de buenas políticas municipales que faciliten y promuevan estas iniciativas.

«La otra opción es que las empresas trabajen con residuos orgánicos, que también puede convertirse en un negocio, pero mucho va a depender de buenas políticas municipales», concluye Arispe.

Fuente: Alejandro Arispe
Redacción: Publiagro