La Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) informó que la reciente campaña de invierno de soya cerró con un rendimiento promedio de apenas 1.2 toneladas por hectárea, el más bajo registrado en los últimos años debido a la sequía extrema que afectó la producción. Este rendimiento se tradujo en una producción total de 490 mil toneladas de soya, lo que generó preocupación en el sector agrícola del país.
Jaime Hernández, gerente de Anapo, destacó que, pese a las adversidades climáticas y económicas, los productores han demostrado resiliencia y compromiso al continuar con su labor.
“A pesar de los problemas, el productor sigue trabajando y es así que para esta campaña de verano ya se ha logrado concretar una importante superficie de siembra con soya, maíz y sorgo”, indicó Hernández.
Avances en la campaña de verano
En lo que respecta a la soya, la campaña de verano ha logrado un avance del 95% en la siembra de un millón 190 mil hectáreas. Sin embargo, la zona norte ha experimentado retrasos debido a las lluvias persistentes que impidieron a los agricultores concluir el proceso.
“Las expectativas son que hasta finales de esta semana se logre concluir la siembra”, explicó Hernández.
En el caso del maíz, el avance en la siembra alcanza el 90%, aunque faltan áreas por completar en el sur del país, especialmente en la región del Chaco cruceño. Por su parte, la siembra de sorgo ha avanzado al 100%, cubriendo las 10 mil hectáreas planificadas para esta campaña.
Hernández subrayó el esfuerzo realizado por los productores para establecer esta superficie de cultivo con el propósito de garantizar la provisión de alimentos esenciales para cadenas productivas como la avícola, porcina, lechera y cárnica. Sin embargo, advirtió que la cosecha dependerá de la garantía del abastecimiento de diésel.
“A pesar de los problemas, el productor sigue trabajando y es así que para esta campaña de verano ya se ha logrado concretar una importante superficie de siembra con soya, maíz y sorgo”
Escalada de costos en insumos agrícolas
Uno de los desafíos más significativos que enfrenta el sector es el encarecimiento de los insumos agrícolas. Según Anapo, desde el año pasado se ha registrado un incremento de entre el 50% y el 60% en los costos de plaguicidas y otros productos, lo que se atribuye al aumento en las comisiones por transferencias de divisas al exterior.
“Gran parte de estos insumos son importados, y el alza en los costos ha repercutido en un aumento considerable en los costos de producción”, indicó Hernández. A pesar de esta situación, los productores continúan esforzándose para garantizar la provisión de alimentos al mercado nacional.
Retos y perspectivas
La reciente campaña de invierno evidenció las dificultades que enfrenta el sector agrícola en Bolivia, desde los impactos del cambio climático hasta los problemas en la logística de insumos y combustible. No obstante, el compromiso de los agricultores por mantener la producción de alimentos sigue siendo un pilar fundamental para la seguridad alimentaria del país.
Con la siembra de verano casi concluida, las expectativas están puestas en lograr una cosecha que permita superar los desafíos actuales y garantizar el abastecimiento para las cadenas productivas que dependen de estos cultivos.
Fuente: Jaime Hernandez
Redacción: Publiagro