Mantener un entorno bajo en patógenos es crucial para la salud y el rendimiento de las aves, ya que influye directamente en su crecimiento, eficiencia alimenticia y mortalidad. La limpieza en el establo de las aves y en la planta de incubación es una medida de bioseguridad fundamental, no solo para proteger a las aves, sino también para mejorar el rendimiento general del proceso productivo.
Irma Cecilia Reyes, médico veterinario zootecnista, señaló que lo primero para lograr una limpieza y desinfección efectivas es establecer el estatus sanitario del área, lo cual se logra mediante un mapeo bacteriológico. Esto permite tener un punto de partida claro para poder identificar los puntos críticos de control.
«El mapeo bacteriológico es esencial para conocer el nivel de contaminación existente y establecer los puntos de control adecuados», indicó Reyes.
Cecilia Reyes también destacó que el segundo paso es diseñar un programa de limpieza y desinfección que asegure un control eficiente de los niveles de contaminación dentro de la planta de incubación. El control de estos niveles es clave para minimizar el impacto negativo sobre la calidad del huevo fértil y la salud del pollito de un día. La contaminación puede afectar tanto la viabilidad del huevo como el desarrollo del ave, por lo que es vital mantener un ambiente limpio y libre de agentes patógenos.
Residuos y suciedad
En cuanto a los residuos y la suciedad, Reyes explicó que existen diferentes tipos: los residuos macroscópicos, los residuos orgánicos e inorgánicos, y los residuos que contienen microorganismos patógenos como virus, bacterias y hongos. Estas tres categorías deben ser gestionadas adecuadamente para evitar riesgos sanitarios.
La limpieza debe llevarse a cabo de manera cuidadosa y detallada, sin escatimar en la revisión de cada rincón. Se debe realizar en combinación con una detergencia efectiva.
«Removemos el material o la suciedad usando un medio físico para retirarlo y luego, con la ayuda de una sustancia química, realizamos la limpieza completa del área para prepararnos para la desinfección», explicó Reyes. Es fundamental asegurarse de que no queden residuos de materia orgánica en las superficies, las cuales deben quedar completamente limpias y secas para que el desinfectante pueda actuar de manera efectiva.
Desinfectantes
La eficiencia de los desinfectantes depende de varios factores clave, como la calidad del agua, la dosis utilizada, las diluciones, el nivel de concentración, la temperatura de aplicación y el pH del agua.
«El mapeo bacteriológico es esencial para conocer el nivel de contaminación existente y establecer los puntos de control adecuados»
«La calidad del agua es muy importante porque es el vehículo con el que se coloca el desinfectante», señaló la experta. Todos estos factores deben ser tomados en cuenta para asegurar la efectividad del proceso de desinfección.
Reyes también enfatizó la importancia de garantizar que los mecanismos de barrera sanitaria funcionen de manera continua, sin excepciones.
«Cualquier mecanismo que implementemos como barrera sanitaria debe estar garantizado todo el tiempo, sin excepciones», subrayó. La desinfección de vehículos, baños y el control de insectos deben estar incluidos en un protocolo o programa establecido para ser manejados correctamente.
Planta de incubación
La planta de incubación, que trabaja con aire todo el tiempo, presenta un reto adicional. El sistema de ventilación se convierte en el principal difusor de cualquier agente contaminante, ya que los huevos están expuestos a esos ambientes contaminados de manera constante.
«El sistema de ventilación debe tener un programa establecido de monitoreo, limpieza y desinfección», indicó Reyes, destacando la necesidad de mantener un ambiente controlado para evitar la propagación de patógenos.
La transferencia de huevos en la planta de incubación también requiere especial atención. Es uno de los procesos más delicados y debe llevarse a cabo con mucho cuidado. Después de la transferencia, la limpieza debe realizarse adecuadamente, sin excederse en la cantidad de agua utilizada, ya que el exceso de agua puede ingresar a las máquinas nacedoras y alterar el ambiente interno, afectando el control del proceso de incubación.
Muestras de laboratorio
Finalmente, Reyes explicó que el momento adecuado para realizar muestras de laboratorio dependerá de los agentes patógenos que se hayan observado. En caso de bacterias o hongos, se recomienda realizar las muestras entre 3 y 5 horas después de un proceso de desinfección, dependiendo del tipo de desinfectante utilizado y su residualidad.
Mantener una planta de incubación limpia y libre de patógenos es esencial para garantizar una producción avícola de calidad. La implementación de programas de limpieza y desinfección, el control de la ventilación, y la correcta transferencia de los huevos son elementos clave para asegurar la salud de las aves y la eficiencia del proceso productivo.
Fuente: Irma Cecilia Reyes
Redacción: Publiagro