La automatización en la avicultura se refiere al uso de sistemas tecnológicos para controlar y monitorear granjas avícolas, lo que permite mejorar las condiciones de vida de los animales y optimizar su rendimiento. Este enfoque busca maximizar los resultados productivos mediante la implementación de equipos avanzados y lograr un mayor nivel de automatización, lo que se traduce en beneficios económicos.
Según Álvaro Nieves, “con la automatización, se obtiene un mayor beneficio económico a través de la implementación de equipos y el incremento del nivel de automatización”. Nieves recomienda que, para automatizar la producción avícola, es necesario evaluar las condiciones existentes, la disponibilidad de recursos energéticos y materiales, así como los costos de mano de obra.
“Quizás lo que funciona aquí en Santa Cruz, quizás en la sierra no funcione tanto o tenga otros resultados; es necesario realizar una evaluación particular en cada caso, tomando en cuenta siempre los beneficios económicos”, explicó.
Nieves también destaca que, tradicionalmente, la producción de huevo comercial se ha realizado en jaulas. Aunque hoy en día existen sistemas alternativos basados en el bienestar animal, América Latina está lejos de alcanzar esos estándares.
Algunos de los beneficios clave de la automatización en la avicultura incluyen:
- Mejorar la conversión de alimentos.
- Mejorar la salud de los animales.
- Optimizar el rendimiento de los animales.
- Reducir el estrés de los animales.
- Mejorar la calidad de los huevos.
- Mejorar la fertilidad del rebaño.
Entre los sistemas de automatización que se pueden utilizar en las granjas avícolas se encuentran:
- Paneles de automatización.
- Sistemas de pesaje automático.
- Sistemas de incubación automatizados.
- Sistemas de alimentación automatizados.
- Sistemas de ventilación automatizados.
“con la automatización, se obtiene un mayor beneficio económico a través de la implementación de equipos y el incremento del nivel de automatización”
Jaulas piramidales y verticales
Nieves explica que el uso de jaulas piramidales y verticales se centra en el mayor aprovechamiento de la superficie del piso del galpón. “Con las jaulas verticales se logra una mayor concentración de aves y, consecuentemente, una mayor producción de huevo por metro cuadrado de piso. Sin embargo, esto también requiere una mayor inversión, ya que las condiciones son totalmente distintas”.
Además, el uso de jaulas verticales debe ir acompañado de un sistema de climatización o de ambiente controlado con presión negativa.
Sistema de alimentación
En lo que respecta al sistema de alimentación, Nieves señala dos grandes objetivos: “Minimizar la mano de obra y evitar el desperdicio”. “Recordemos que hay que alimentar a las gallinas una cantidad determinada de veces al día, los 365 días del año, y es necesario disponer de ese alimento de forma adecuada, evitando el desperdicio”. Nieves afirma que, gracias a los sistemas de automatización, se ha logrado un ahorro de 10 gramos diarios por gallina, lo que, evaluado a lo largo del año, representa una cantidad de dinero significativa.
Bebederos
En cuanto a los bebederos, el principal objetivo es evitar el desperdicio de agua. “Si hay desperdicio de agua, ya sea porque los bebederos se desbordan o alguna tubería gotea, esa agua puede generar daños en las jaulas, que mayormente son de bases metálicas, oxidando el material de la jaula o la estructura. Además, el agua acumulada en el piso donde están las gallinas puede mojarlas, generando efectos nocivos”.
Calefacción
En el caso de Santa Cruz, Nieves indica que la calefacción no es necesaria en las posturas debido a los niveles de temperatura de la región. Sin embargo, es esencial durante las primeras semanas de vida de las pollitas, ya que necesitan una fuente de calor externa para alcanzar una temperatura adecuada, especialmente en invierno.
Fuente: Alvaro Nieves
Redacción: Publiagro