Los trips, pequeños insectos del orden Thysanoptera y la familia Thripidae, se han convertido en una de las principales preocupaciones para los productores de soya en Bolivia. Estos insectos, que afectan severamente los cultivos, presentan características y comportamientos que complican su control. Jovanna Vargas, jefa de desarrollo de la empresa Rainbow, destaca que el conocimiento detallado sobre esta plaga y sus enemigos naturales es fundamental para implementar estrategias de manejo eficientes.

“Para combatir plagas o en la lucha de control y manejo, es muy importante conocerlas para saber en qué momento tenemos la oportunidad de controlarlas de manera eficiente”, afirmó Vargas.

Características de los trips y su impacto en la soya
Los trips poseen un aparato bucal picador, chupador y succionador, lo que les permite alimentarse de tejidos en desarrollo, como yemas apicales y florales. Esta alimentación causa deformaciones significativas en hojas, flores y frutos, disminuyendo la calidad y el valor comercial del producto.
“Es importante destacar que, además del daño directo, los trips pueden actuar como vectores de enfermedades virales, lo que agrava el impacto en los cultivos afectados”, añadió Vargas.

Una de las peculiaridades de los trips es su capacidad para insertarse en el tejido foliar y depositar huevos con un ovipositor que poseen las hembras. De estos huevos emergen las ninfas, que, aunque son sedentarias y carecen de alas, generan un daño mayor al permanecer en un mismo lugar. Por otro lado, los adultos son migratorios y se dispersan fácilmente entre las plantas, incrementando su impacto.

Ciclo de vida y reproducción
El ciclo de vida de los trips es rápido, lo que facilita el crecimiento de sus poblaciones. Este proceso incluye varias etapas:

Huevo: Las hembras insertan los huevos en tejidos de hojas, flores o tallos tiernos. La incubación dura de 2 a 10 días, dependiendo de la temperatura.

«Es importante destacar que, además del daño directo, los trips pueden actuar como vectores de enfermedades virales, lo que agrava el impacto en los cultivos afectados”

Larva (dos estadios):

Primer estadio: Larvas recién nacidas se alimentan raspando y succionando tejidos. Su duración es de 1 a 3 días.
Segundo estadio: Larvas más activas y de mayor tamaño, con una duración de 2 a 5 días.

Prepupa y pupa:

Prepupa: Las larvas cesan de alimentarse y buscan refugio para transformarse en pupas. Duración: 1 a 2 días.
Pupa: Proceso de metamorfosis hacia la etapa adulta. Duración: 2 a 4 días.

Adulto:

Poseen alas franjeadas y son móviles. Se reproducen sexualmente o por partenogénesis. Una hembra puede depositar entre 20 y 300 huevos durante su vida, que puede durar de 15 a 45 días.

“En condiciones óptimas de calor y humedad moderada, el ciclo completo puede completarse en solo 15 días, permitiendo la generación de muchas poblaciones en poco tiempo”, explicó Vargas.

Este ciclo acelerado incrementa el riesgo de que las plagas desarrollen resistencia a los tratamientos.

Medidas de manejo y control
La detección temprana y el manejo adecuado de los trips son esenciales para minimizar los daños. Vargas subrayó la importancia de identificar los enemigos naturales de esta plaga, ya que estos ayudan a mantener su población en equilibrio en el campo.

Además, la implementación de estrategias integrales, como la rotación de cultivos, el monitoreo constante y el uso de productos biológicos o químicos adecuados, es clave para reducir el impacto de los trips y garantizar una producción agrícola sostenible.

Ante esta amenaza creciente, los productores deben mantenerse alerta y adoptar prácticas que fortalezcan la sanidad y la productividad de sus cultivos.

Fuente: Jovanna Vargas
Redacción: Publiagro