En el ámbito de la ganadería de carne, la selección de animales desempeña un papel crucial para mejorar la calidad del hato y garantizar la sostenibilidad de la producción. Aunque las herramientas modernas como las DEP (Diferencias Esperadas en la Progenie) y la evaluación genética son fundamentales, Maury Dorta, consultor de EMBRAPA Brasil, enfatiza que la selección dentro de la ganadería, realizada de manera práctica y bien estructurada, es igualmente importante.
Según Dorta, el primer paso es implementar un proceso de selección sólido que permita descartar animales menos productivos, tanto en hembras de vientre como en terneras. Esto asegura que la mejor genética prevalezca en el hato y que las futuras generaciones sean más eficientes y rentables.
Tres herramientas clave para la selección de vientres y terneras
Dorta identifica tres elementos esenciales para llevar a cabo una selección eficaz:
El descarte
“El descarte es fundamental para que el ganadero elimine sus peores hembras, vientres y terneras. Esto permitirá quedarse únicamente con los mejores ejemplares y garantizar que la reposición sea superior”, afirma Dorta. Esta práctica evita que características indeseables se propaguen en el hato y asegura un progreso genético constante.
Evaluación visual
“El ojo del dueño o del técnico es muy importante. Observar los animales y descartar aquellos que no cumplen con los estándares deseados, ya sea por conformación carnicera o carcasa, es clave”, subraya. La evaluación visual sigue siendo una herramienta valiosa, especialmente cuando se trata de identificar animales con características físicas deseables.
Las DEP (Diferencias Esperadas en la Progenie)
“La evaluación genética ha evolucionado mucho, y la utilización de las DEP es fundamental, especialmente si se quieren seleccionar toros para mejorar el hato”, explica Dorta. Estas herramientas permiten predecir con mayor precisión el rendimiento genético de los animales, facilitando decisiones más informadas.
«Si se va a producir carne, hay que determinar qué tipo de carne y para qué mercado se va a destinar. El objetivo del ganadero es el primer punto a considerar”
Un enfoque integral
Dorta enfatiza que no existe una característica única que defina la importancia de un animal.
“Todas las características son importantes y tienen su función en el proceso ganadero, desde el peso al nacer, la habilidad materna, hasta las características de la carcasa”, señala.
El desafío del seleccionador radica en identificar animales que cumplan con un equilibrio entre todas estas características, separarlos y utilizarlos como base para la reproducción.
Selección de toros reproductores y objetivos del hato
En el caso de los toros reproductores, menciona que tanto la evaluación visual como las DEP son esenciales, pero insiste en que lo más importante es definir claramente el objetivo del hato.
“Si se va a producir carne, hay que determinar qué tipo de carne y para qué mercado se va a destinar. El objetivo del ganadero es el primer punto a considerar”, afirma. Esto permite al productor seleccionar animales que se adapten mejor a sus necesidades y al tipo de sistema productivo que maneje.
Condiciones del sistema y uso de tecnología
Es fundamental, conocer las condiciones del sistema de producción antes de seleccionar los animales.
“Hay genética que se adapta muy bien a sistemas intensivos, con más comida, pero no todos los ganaderos tienen esas condiciones”, advierte.
Además, destaca la importancia del uso de tecnología para el mejoramiento del ganado. Sin embargo, aclara que su implementación debe estar alineada con los objetivos del productor.
“La tecnología puede hacer que la producción sea más rentable, pero también puede no serlo. La clave es utilizarla de manera que genere resultados positivos”.
Recomendación final
Dorta aconseja a los ganaderos mantenerse actualizados en cuanto a tecnología, conocimientos y técnicas, incluyendo las más simples, para garantizar que se seleccione lo mejor del hato. Este enfoque permitirá que las ganaderías sean más eficientes, sostenibles y competitivas en el mercado de carne.
Fuente: Carlos Suárez Arana
Redacción: Publiagro