En un esfuerzo por revitalizar la producción de algodón en Bolivia, a través de un programa que desarrolla el Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF), en coordinación con el Senasag, se ha puesto en marcha una investigación innovadora que busca establecer un banco de germoplasma en el país.
José Asister, encargado del proyecto en Santa Cruz, indicó que la falta de este recurso ha sido un obstáculo significativo, especialmente considerando que la producción de algodón ha estado estancada durante los últimos 20 años.
«En Santa Cruz y otras regiones como La Paz, Chuquisaca y Tarija, contamos con una variabilidad genética del algodón que es crucial para iniciar trabajos de investigación y mejora genética,» explicó Asister. Esta iniciativa no solo busca rescatar una industria olvidada, sino también fomentar el desarrollo agrícola sostenible.
Estudio técnico
Remberto Cadima, técnico en recursos genéticos del proyecto, está al frente de la caracterización de 23 genotipos de algodón, algunos de los cuales presentan fibras de colores inusuales, como rojizo, verde y marrón. «Estamos evaluando características cualitativas y cuantitativas para seleccionar las mejores plantas. Ya hemos caracterizado tres materiales que planeamos lanzar como nuevas variedades en los próximos años,» detalló Cadima.
“Estamos evaluando características cualitativas y cuantitativas para seleccionar las mejores plantas. Ya hemos caracterizado tres materiales que planeamos lanzar como nuevas variedades en los próximos años”
También explicó que el trabajo en este proceso es arduo y meticuloso, porque cada día se realiza la autopolinización y las evaluaciones se desarrollan año tras año. Este enfoque sistemático es fundamental para asegurar que las nuevas variedades sean competitivas en el mercado.
Por su parte, Lourdes Calderón, técnica en producción de semilla genética, está a cargo de un campo dedicado a la purificación de un genotipo de algodón con fibra rojiza. Aunque este material aún no se ha clasificado como una variedad, su potencial es significativo.
«Este algodón está destinado a pequeños productores, quienes podrán utilizarlo para fabricar hamacas, carteras y muñecos. Su uniformidad y rendimiento han sido clave en nuestra selección», afirmó Calderón.
El proceso de purificación del algodón toma tiempo, con una duración estimada de cinco años. Actualmente, el INIAF se encuentra en el segundo año de este proceso, lo que indica que aún queda un camino largo por recorrer para estabilizar y comercializar las nuevas semillas.
Entre los genotipos más prometedores para la producción de semillas se encuentran el verde, bayo y rojizo. Sin embargo, la cantidad de semilla disponible para la producción intensiva aún no es suficiente para satisfacer la demanda comercial.
Fuente: INIAF
Redacción: Publiagro