El manejo adecuado de pasturas es una estrategia fundamental en la ganadería, que no solo mejora la salud de los pastos y la producción de forraje, sino que también contribuye a la sostenibilidad del ecosistema y a la reducción de los costos de producción.
Este enfoque fue presentado por Martín Simian, propietario de la empresa SymAgro, durante un día de campo realizado en la propiedad Utobos, ubicada en el Urubó. El evento se dividió en tres paradas técnicas, en las que se abordaron diversos aspectos del manejo de pasturas y su integración en sistemas ganaderos sostenibles.
Primera parada: Manejo práctico de las pasturas
En esta parada, se explicó detalladamente cómo evaluar y manejar las pasturas para maximizar su rendimiento. Los temas tratados incluyeron la cantidad de animales por hectárea, carga instantánea y global, intensidad de pastoreo, y la altura de ingreso y salida del ganado en los potreros. También se destacó la importancia de identificar la fenología de las pasturas, es decir, los momentos óptimos para que el ganado entre y salga del potrero, así como la gestión de malezas, el desbroce, y la altura adecuada para realizarlo.
El ejemplo práctico fue una tropa de vacas en un campo dedicado al ciclo de cría, específicamente en plena parición. Se utilizó una combinación de cercas eléctricas, piolines y las pasturas locales para optimizar el manejo. Las pasturas observadas fueron Brachiarias decumbens, cultivadas en suelos arenosos típicos de la región, con pH ácido. Este tipo de suelo mostró un excelente rendimiento en épocas de exuberancia de forraje, lo que representa el momento ideal para introducir animales al potrero.
Se explicó que, al reducir el tamaño de las parcelas y aumentar la carga instantánea, se logra una mayor eficiencia en la cosecha del forraje, ya que los animales se ven obligados a consumir partes de las plantas que generalmente evitarían en sistemas tradicionales.
Este manejo no solo mejora el aprovechamiento del forraje, sino que también promueve la fertilidad del suelo a través del aumento del bosteo (concentración de heces y orina), que activa la biocenosis y mejora la actividad microbiológica del suelo.
Los animales utilizados en este ejemplo se caracterizaron por ser dóciles, lo que facilita las labores diarias y garantiza un manejo eficiente.
“Para los productores y ganaderos que están considerando desmontar completamente sus propiedades, nuestra recomendación es replantearse esta práctica. Es posible implementar un manejo equilibrado que permita dejar áreas de la propiedad bajo este tipo de sistema, lo cual no solo protege el ecosistema, sino que también puede ser mecanizado”
Segunda parada: Sistemas silvopastoriles
En la segunda parada, el enfoque estuvo en los sistemas silvopastoriles, una combinación de árboles, arbustos y pasturas. Este sistema desmonta únicamente el exceso de árboles, dejando una cantidad adecuada que fomente el crecimiento de las pasturas bajo sombra parcial. Uno de los paradigmas abordados fue la idea de que las pasturas no prosperan bajo árboles densos, un mito desmentido durante la demostración, ya que las pasturas mostraron un excelente desarrollo incluso en áreas con abundante cobertura arbórea.
“Para los productores y ganaderos que están considerando desmontar completamente sus propiedades, nuestra recomendación es replantearse esta práctica. Es posible implementar un manejo equilibrado que permita dejar áreas de la propiedad bajo este tipo de sistema, lo cual no solo protege el ecosistema, sino que también puede ser mecanizado”, señaló Martín Simian.
Los beneficios del sistema silvopastoril incluyen un bienestar significativo para los animales, lo que se traduce en mejoras en los índices productivos y reproductivos. El confort proporcionado por la sombra reduce el estrés calórico en los animales, promoviendo mayores ganancias de peso, mayor producción de leche, mejor tasa de preñez y mayores pesos al destete.
“Siempre debemos priorizar tres elementos clave: agua, comida y sombra”, enfatizó Simian.
Tercera parada: Manejo post-pastoreo y preparación para la escasez
En la última parada técnica, se abordaron las acciones necesarias una vez que los animales han salido del potrero. Se demostró cómo y a qué altura cortar el forraje con tractor, la importancia de mantener las cuchillas bien afiladas, y cómo identificar la biocenosis del suelo, es decir, la presencia de vida microbiana en el mismo.
El objetivo es fomentar la salud del suelo mediante la descomposición de la materia orgánica, como la bosta, preparando las parcelas para la próxima etapa de producción de forraje. Este manejo asegura la disponibilidad de alimento incluso durante las épocas de escasez.
La jornada culminó con una reflexión sobre la importancia de adaptar las prácticas ganaderas a las condiciones locales y al contexto climático, promoviendo una producción sostenible que beneficie tanto a los animales como al ecosistema.
Este tipo de actividades demuestra que la ganadería sostenible no solo es posible, sino que también puede ser una herramienta clave para incrementar la productividad y garantizar un futuro más equilibrado para el sector agropecuario.
Fuente: Martin Simian
Redacción: Publiagro