La crisis de abastecimiento de diésel y las constantes lluvias en el norte del departamento han puesto en peligro unas 60 mil hectáreas de soya que ya están listas para cosechar. Estas circunstancias han llevado a los productores a enfrentarse a pérdidas inminentes, ya que el grano comienza a dañarse debido al exceso de agua, y el resto de la producción está en riesgo si las lluvias persisten.
Demetrio Pérez, productor de la región, explicó que para cosechar las áreas afectadas por las inundaciones se requiere maquinaria especializada, lo que supone un costo adicional. Sin embargo, considera que esta inversión valdría la pena, dadas las condiciones actuales del mercado.
«No queremos perder porque es una oportunidad la venta de soya debido a su incremento. Ahora está a 600 dólares debido a que los rendimientos también han bajado. Si no se cosecha esta semana, la próxima lluvia anunciada para el fin de semana podríamos estar hablando de pérdidas».
“No queremos perder porque es una oportunidad la venta de soya debido a su incremento. Ahora está a 600 dólares debido a que los rendimientos también han bajado. Si no se cosecha esta semana, la próxima lluvia anunciada para el fin de semana podríamos estar hablando de pérdidas»
Denuncias sobre el desvío de diésel
La situación del suministro de diésel sigue siendo crítica en las provincias, a pesar de los compromisos del gobierno para normalizar la distribución del carburante. Pérez denunció irregularidades en el manejo del diésel, señalando que este estaría siendo desviado a municipios no prioritarios con la presunta aprobación de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) y YPFB.
«Yo voy a hacer la denuncia de que, con el visto bueno de la ANH y YPFB, están desviando combustibles a otras zonas donde no corresponde», expresó en Publiagro.
Pérez detalló que, según informes recientes, una cisterna destinada a la zona de Piraí fue desviada al municipio de Santa Rosa, específicamente al sindicato 4 de Julio. Aseguró que casos como este no son aislados y que ya se han presentado varias denuncias al respecto.
«Todo esto está manejado y es de conocimiento de las autoridades. Nosotros, cuando solicitamos ampliar el volumen, enfrentamos una burocracia, y hay productores que están más de 10 días para recibir 600 litros. La situación sigue igual», lamentó Pérez.
Lluvias y urgencia de cosechar
La falta de carburante ha retrasado significativamente las labores de cosecha, que ya deberían estar concluyendo debido a la proximidad de lluvias más intensas. Los productores temen que el tiempo se agote y que una nueva precipitación termine de arruinar la producción, poniendo en riesgo no solo la economía local, sino también la oferta de soya en el mercado nacional e internacional.
Fuente: Demetrio Pérez
Redacción: Publiagro