Según datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) hasta septiembre de este año, las exportaciones bolivianas han registrado una caída de 1.643 millones de dólares en comparación con el mismo periodo del año anterior. Esta reducción representa un retroceso significativo en la generación de divisas para el país y, según expertos, plantea desafíos urgentes para la economía nacional.

Uno de los sectores más afectados es el de la soya y sus derivados, que reportó una disminución en sus ventas externas de 523 millones de dólares, equivalente a la no exportación de 708.000 toneladas. Este dato fue confirmado por la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas y Trigo (ANAPO).

Gary Rodríguez, gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), calificó la situación como preocupante, subrayando la importancia de las exportaciones como principal fuente de ingresos de divisas para el país.

«Urge reactivar al sector agropecuario y agroindustrial que, junto al forestal y maderero, son los únicos capaces de reaccionar a corto plazo para invertir, producir y exportar más. Sin embargo, si no hay seguridad jurídica en el campo, será imposible lograrlo. Esto podría llevarnos a días muy difíciles como país», señaló Rodríguez.

El experto enfatizó que los sectores agropecuario, forestal y maderero tienen el potencial de reactivarse rápidamente, pero para ello se requiere un entorno propicio que garantice la inversión y la estabilidad. «El Estado debe proporcionar las condiciones necesarias para asegurar la seguridad jurídica», añadió.

“Urge reactivar al sector agropecuario y agroindustrial que, junto al forestal y maderero, son los únicos capaces de reaccionar a corto plazo para invertir, producir y exportar más. Sin embargo, si no hay seguridad jurídica en el campo, será imposible lograrlo. Esto podría llevarnos a días muy difíciles como país»

Problemas estructurales y urgencia de soluciones
Rodríguez también expresó su preocupación por la existencia de predios que permanecen improductivos debido a conflictos legales y avasallamientos.

«Es alarmante que haya tierras que deberían estar sembradas en este momento, especialmente tras las recientes lluvias, pero no se puede hacer nada porque están ocupadas ilegalmente», afirmó.

Por su parte, Walter Núñez, consultor internacional, resaltó que entre 2023 y el primer semestre de 2024, las exportaciones bolivianas han experimentado una disminución aproximada del 22%.
«Esto equivale a una pérdida de una quinta parte del valor de las exportaciones que se registraron el año pasado, cerca de 2.000 millones de dólares», explicó Núñez.

Contexto y perspectivas
El desplome de las exportaciones de soya no solo está relacionado con la baja producción, sino también con restricciones internas y la falta de condiciones que fomenten la competitividad en el mercado internacional. Rodríguez señala que, los avasallamientos y conflictos legales en el campo han retrasado el aprovechamiento de tierras que podrían estar produciendo para satisfacer la demanda externa y dinamizar la economía local.

El desafío para Bolivia radica en implementar políticas que fortalezcan la seguridad jurídica, incentiven la inversión en el sector agroindustrial y reduzcan las barreras que limitan las exportaciones. En un contexto económico global competitivo, aprovechar el potencial de sectores estratégicos podría ser clave para superar esta crisis.

Las voces de expertos como Rodríguez y Núñez coinciden en que la reactivación económica no solo es posible, sino necesaria, siempre y cuando exista un compromiso integral entre el Estado, los productores y el sector privado.

Fuente: Gary Rodríguez y Walter Nuñez 

Redacción: Publiagro