La caña de azúcar es un cultivo altamente exigente en términos de calidad del suelo, ya que su rendimiento depende directamente de las propiedades físicas, químicas y biológicas de este. Estas características determinan la capacidad del suelo para sustentar la vida vegetal y su productividad agrícola.

El ingeniero Iver Gonzáles explica que, para este cultivo, normalmente se recomienda un suelo intermedio a medianamente pesado, porque los suelos bien arenosos tienen el problema de retener humedad y están expuestos a la lluvia.

Gonzáles señala que, al desarrollar nuevas variedades de caña, se realiza una evaluación exhaustiva en diferentes tipos de suelos para garantizar su adaptación.

«Por ejemplo, cuando nosotros generamos nuevas variedades de caña, lo que hacemos es ponerlas en diferentes tipos de suelos y le informamos al productor cuáles son las variedades, es decir, qué variedad es adecuada para cada tipo de suelo, como franco arenoso o franco arcilloso. Le damos su recomendación para que no tenga problemas».

Además, menciona que, durante el crecimiento de la caña, es crucial aplicar fertilización específica.

«Se le debe realizar una fertilización adecuada con nitrógeno y fósforo, dependiendo de la variedad desarrollada y del tipo de suelo».

«Por ejemplo, cuando nosotros generamos nuevas variedades de caña, lo que hacemos es ponerlas en diferentes tipos de suelos y le informamos al productor cuáles son las variedades, es decir, qué variedad es adecuada para cada tipo de suelo, como franco arenoso o franco arcilloso. Le damos su recomendación para que no tenga problemas»

Fertilidad moderada

Un suelo con fertilidad moderada favorece un desarrollo adecuado del cultivo. La caña de azúcar es particularmente exigente en nutrientes, especialmente en nitrógeno, fósforo y potasio.

      • Nitrógeno: Requiere entre 150 y 180 kilos por hectárea.
      • Fósforo: Entre 60 y 70 kilos por hectárea.
      • Potasio: Hasta 180 kilos por hectárea.

Estas condiciones de fertilidad son fundamentales para maximizar el rendimiento del cultivo. A pesar de que los suelos arenosos suelen presentar desafíos.

«Pese a ser suelos arenosos, la cantidad de arena que contienen estos suelos posee una muy buena fertilidad», resalta Gonzáles.

pH del suelo

El pH del suelo es otro factor crítico para el éxito del cultivo de caña. Según los resultados obtenidos en estudios de calicatas, el rango óptimo de pH para la caña de azúcar oscila entre 5.5 y 7.0.

  • La caña tolera una ligera acidez.
  • Suelos con un pH menor a 5 (muy ácidos) deben corregirse con la aplicación de cal agrícola.

Salinidad

La caña de azúcar tiene una tolerancia moderada a la salinidad, pero el exceso de sales puede impactar negativamente en su productividad. En este sentido, los niveles de conductividad eléctrica (CE) no deberían superar los 4 dS/m para evitar problemas en el desarrollo del cultivo.

Recomendaciones de manejo

 

      • Enmiendas: Es recomendable usar cal o yeso agrícola según las necesidades específicas del suelo. Estas enmiendas ayudan a corregir problemas de acidez o salinidad.
      • Análisis de suelo: Es crucial realizar análisis periódicos para determinar las necesidades específicas de nutrientes y ajustar las prácticas de manejo de fertilización y acondicionamiento del suelo.

 

Estas recomendaciones garantizan una gestión eficiente del suelo, promoviendo una producción sostenible y de alta calidad en el cultivo de caña de azúcar.

Fuente: Iver Gonzáles

Redacción: Publiagro