Para garantizar el bienestar y el correcto desarrollo de un ternero, es crucial tener en cuenta varios aspectos fundamentales como la alimentación, la higiene, el ambiente y las revisiones de salud. La doctora Amanda Pifano, docente de la Facultad de Agronomía de la FAZU, explica que los cuidados posteriores al nacimiento de un ternero son esenciales para su salud y crecimiento.

Una de las primeras recomendaciones es que el ternero debe tomar calostro de su madre dentro de la primera hora tras el parto. El calostro, que es la primera leche que produce la vaca, es sumamente importante porque contiene una gran cantidad de nutrientes y anticuerpos que ayudan a fortalecer el sistema inmunológico del ternero, crucial para su supervivencia en los primeros días de vida.

«El calostro es necesario porque contiene muchas hemoglobinas, que son esenciales para que el ternero sobreviva durante el período crítico hasta que logre producir su propia hemoglobina», destaca.

A partir del tercer día de vida, se puede comenzar a ofrecer al ternero concentrado de alta calidad en pequeñas cantidades. Además, alrededor de las tres o cuatro semanas, los terneros pueden empezar a comer pasto seco en forma de heno, lo que les permite comenzar a acostumbrarse a su dieta sólida. Es importante que, en esta etapa, la alimentación sea cuidadosamente controlada para garantizar el correcto desarrollo del animal.

“El calostro es necesario porque contiene muchas hemoglobinas, que son esenciales para que el ternero sobreviva durante el período crítico hasta que logre producir su propia hemoglobina”

Sanidad
Uno de los aspectos más importantes en la gestión de la salud del ternero es la desinfección del ombligo, ya que esta zona representa una vía de acceso directa al torrente sanguíneo. Si no se cubre adecuadamente, puede permitir que microorganismos causantes de enfermedades ingresen al organismo del ternero. La contaminación de la herida del ombligo puede dar lugar a infecciones graves como septicemias, meningitis y enfermedades articulares.

«La contaminación del ombligo es ascendente y va del ambiente al interior del animal», señala la doctora Pifano, quien recomienda aplicar yodo al 7 o 10% sobre la zona afectada durante un tratamiento de 10 días para prevenir posibles infecciones.

Enfermedades
En cuanto a las enfermedades más comunes en los terneros, las diarreas son una de las principales preocupaciones. Estas pueden ser causadas por diversos factores, como infecciones virales, bacterianas, parásitos o deficiencias nutricionales. Además, las diarreas pueden ser contagiosas, lo que representa un riesgo para el resto del rebaño. Por lo tanto, es crucial mantener una atención constante a la salud del ternero para prevenir y tratar a tiempo cualquier problema sanitario.

En resumen, un manejo adecuado en las primeras semanas de vida de un ternero, con énfasis en la calidad del calostro, la desinfección del ombligo y el control de enfermedades, es fundamental para garantizar su crecimiento saludable y la productividad del ganado en el futuro.

Fuente:  Amanda Pifano

Redacción: Publiagro