La propiedad Cañada Luz de Miguel Espinoza, a las afueras de Ibibobo, sufre la falta de agua mientras el Chaco enfrenta una crisis sin respuesta inmediata de las autoridades

Son los restos de una vaca de la raza Brahman/ Foto:Miguel Espinosa
Este ganado ya no puede levantarse, le han colocado un techo para cubrirla del sol/ Foto: Miguel Espinoza
Sequía en la llanura chaqueña/ Foto: Miguel Espinoza

En la propiedad «Cañada Luz», ubicada en el municipio de Villa Montes, el ganado está muriendo a causa de la falta de agua. La estancia, perteneciente al señor Miguel Espinoza, se encuentra aproximadamente a mil metros de la comunidad de Ibibobo, y hasta el momento, ni las autoridades ni la ayuda han llegado a esta zona.

Don Miguel relata con preocupación que dos reses yacían en el suelo, incapaces de levantarse, consecuencia directa de la carencia de agua y vitaminas esenciales para su supervivencia. Al ser consultado sobre la situación en otras áreas del Chaco, Espinoza no dudó en señalar que la realidad es aún más devastadora en zonas más alejadas. La llanura chaqueña se enfrenta a una sequía severa que está afectando gravemente al ganado, y la necesidad de un apoyo inmediato por parte de las autoridades locales y nacionales se vuelve cada vez más urgente.

 «Los ganaderos están buscando pasto para llevar a sus propiedades, pero, al igual que esta vaca, tengo otra que está a punto de morir. Ya cayó y no se levanta. Mi Chaco está totalmente seco. Tenemos un poco de alimento, pero lo que no hay es agua»

Don Miguel es ganadero de toda la vida, expresó su tristeza ante las pérdidas que la sequía ha causado en su propiedad. Entre los restos de una vaca Brahman que adquirió con la intención de mejorar su hato ganadero, nos contó que sus planes no se concretaron como esperaba. La falta de agua y alimento provocó la muerte de varios de sus animales.

“En todos lados está así», comentó con evidente preocupación. «Los ganaderos están buscando pasto para llevar a sus propiedades, pero, al igual que esta vaca, tengo otra que está a punto de morir. Ya cayó y no se levanta. Mi Chaco está totalmente seco. Tenemos un poco de alimento, pero lo que no hay es agua», lamentó Espinoza.

Esta crítica situación no es exclusiva del puesto «Cañada Luz». Muchos otros ganaderos del Chaco viven la misma angustia. La falta de agua agrava la crisis, y quienes más sufren son los pequeños productores. Ellos claman por ayuda a las autoridades, pidiendo que se les provea cisternas con agua, además de vitaminas y alimento para intentar salvar a su ganado.

La voz de Miguel Espinoza es la de cientos de productores que ven cómo su sustento se desvanece a causa de esta sequía. El Chaco necesita soluciones inmediatas, y el tiempo se agota para quienes dependen de la ganadería para subsistir.

 

Fuente: Miguel Espinoza 

Redacción: Publiagro