El enorme desafío que representa la alimentación mundial ante el crecimiento poblacional exige una solución de naturaleza científica / tecnológica

La agricultura se vuelca hacia la “Internet de las Cosas”Si 25% de las unidades productivas adoptan en 2030 la “Agricultura de Precisión” , las cosechas se incrementarán en no menos de 300 millones de toneladas por año, asegura la FAO.

El Instituto de Recursos Mundiales (“World Resources Institute”) con sede en Londres señala que para alimentar una población global de 10.000 millones de personas en 2050 se requiere cubrir una serie de brechas de importancia estratégica fundamental:

-En primer lugar, una brecha de 56% en la alimentación entre las calorías producidas en 2010 y las necesarias en 2050, medidas según las condiciones normales de crecimiento de la producción.

-Luego hay una brecha de tierras utilizables para la producción de 593 millones de hectáreas –que es casi el doble del tamaño del subcontinente indio- entre la superficie agrícola global utilizada en 2010 y la expansión necesaria para cubrir los requerimientos de 2050.

El mundo actual produce suficientes alimentos para cubrir las necesidades de 2020/2024, con una población que asciende a 7.800 millones de personas, pero con el agregado de que esto implica una sobreproducción debido a un gran aumento del desperdicio.

Así, por ejemplo, la Administración de Drogas y Alimentos de EE.UU (“US Food And Drug Administration”) estima que entre 30% y 40% de la provisión de alimentos norteamericana es desperdiciado o directamente tirada a la basura todos los años; y en el caso de India, el país más poblado del planeta con más de 1.500 millones de habitantes, la proporción es todavía mayor, y se acerca a 50% del total.

FAO (“Food Agriculture Organization”) de Naciones Unidas, con sede en Roma considera que más de 800 millones de personas sufren de hambre y desnutrición en este momento; y que con la cuarta parte de lo que se desperdicia en EE.UU y Europa podría ser alimentada satisfactoriamente.

La producción actual, en suma, es suficiente para alimentar a la población del planeta en la segunda década del Siglo XXI, pero sucede que no entrega los alimentos y los nutrientes que produce allí adonde son más necesarios; y estos recursos desperdiciados impactan negativamente en los capitales sociales y humanos que son esenciales para la ampliación de la riqueza.

El Panel intergubernamental de Cambio Climático convocado por Naciones Unidas e integrado por unos 150 expertos y científicos de nivel internacional, sostiene que la agricultura es directamente responsable de 8.5% de la emisión de Dióxido de Carbono (CO2) del mundo actual, en tanto que otros 14.5% provienen de la tierra que se utiliza para la producción, incluyendo el metano generado por el ganado.

A esto hay que sumarle las emisiones derivadas de las cosechas y productos que deben ser transportados a miles de kilómetros de distancia hasta los lugares donde serán vendidos.

Esto significa que si la producción agrícola logra incrementar sus rendimientos, y al mismo tiempo mitigar los desperdicios y los daños ambientales, puede resolver drásticamente el hambre y la insuficiencia de la nutrición, y hacerlo en un periodo históricamente breve de 5/10 años.

Asimismo, mover la alimentación hacia una dieta más basada en el consumo de frutas y hortalizas, con una reducción significativa del consumo de proteínas cárnicas mejoraría en forma notable las condiciones de vida.

Lo mismo sucede con la “Agricultura de Precisión” que tiene un significado técnico pero también cultural; y esto hace que FAO realice la siguiente estimación: si 25% de las unidades productivas adoptan en 2030 la “Agricultura de Precisión” , las cosechas se incrementaran en no menos de 300 millones de toneladas por año, lo que solucionaría los problemas del hambre y la desnutrición, acompañado por una reducción de los costos de producción de U$S 100.000 millones por año; y esto llevaría a una limitación de más de 150 billones en metros cúbicos de agua cada 12 meses.

Todo lleva en breve síntesis a una solución científica / tecnológica de la alimentación del mundo en las perspectiva de una completa interconexión a través de sensores automatizados que abarquen la totalidad del sistema productivo; y esto implicaría una notable minimización en el uso de pesticidas, fertilizantes, y agua; y todo esto se haría siguiendo las propuestas de la “Internet de las Cosas” (IoT), con un especial despliegue de la Inteligencia artificial, que es la tecnología decisiva de la 4ta. Revolución industrial.

En definitiva, esto es el futuro, que es lo esencial del presente, y por lo tanto un proceso en marcha.

 

Fuente: Clarín