El manejo eficiente de galpones con ambiente controlado para pollos es clave para asegurar el bienestar animal, optimizar la conversión alimenticia y maximizar la producción. De acuerdo con José Luis Januario, técnico en la COBB, el manejo y control de la temperatura del ave es fundamental para asegurar su supervivencia y mejorar el rendimiento en términos de musculatura y carne.
«Podemos iniciar hablando desde una parvada nueva, de una a tres semanas de vida. Hablamos de la crianza del pollo, cuyo objetivo es mantener su temperatura corporal y asegurar una ventilación adecuada para garantizar la calidad del aire», explicó Januario.
Él asegura que con el pollito BB (recién nacido) es necesario empezar con un buen peso y uniformidad desde el primer día. Para lograrlo, es imprescindible ajustar la temperatura de acuerdo con las condiciones climáticas. «Si hace calor, enfriar; si hace frío, calentar la cama para que el pollito mantenga su temperatura corporal», dijo. Januario indica que la temperatura corporal de los pollitos debe mantenerse entre 39°C y 40.5°C durante los primeros 5 días de vida. Desde los 5 días hasta las 3 semanas (o 21 días), la temperatura debe estar en torno a los 41.5°C. «Lo que se debe hacer para mantener su temperatura corporal es un buen manejo de ambiente, incluyendo la ventilación, calefacción y enfriamiento», agregó.
«Podemos iniciar hablando desde una parvada nueva, de una a tres semanas de vida. Hablamos de la crianza del pollo, cuyo objetivo es mantener su temperatura corporal y asegurar una ventilación adecuada para garantizar la calidad del aire»
Control de temperatura
Pollitos (primeras semanas): Requieren temperaturas más altas (32-34°C). Para garantizar esta temperatura, se utiliza calefacción adicional como campanas de gas o calentadores.
Pollo en crecimiento: A medida que crecen, la temperatura puede reducirse progresivamente a 20-22°C. Un sistema de ventilación eficiente es fundamental para mantener esta temperatura de manera uniforme.
Equipos recomendados: Sistemas de calefacción automáticos, sensores de temperatura distribuidos por todo el galpón, y ventiladores o extractores de aire para disipar el exceso de calor.
Ventilación y calidad del aire
La ventilación es esencial para renovar el aire dentro del galpón, eliminando el exceso de humedad, amoníaco y dióxido de carbono. Un sistema de ventilación adecuado evita la acumulación de gases nocivos para la salud de los pollos.
Tipos de ventilación
Ventilación natural: Consiste en aperturas controladas en el galpón para aprovechar el flujo de aire externo.
Ventilación mecánica: Implica el uso de extractores o ventiladores de presión negativa que fuerzan el aire hacia afuera y traen aire fresco.
Control de humedad: La humedad relativa ideal en un galpón debe estar entre el 50% y el 70%. Niveles excesivos de humedad pueden favorecer la aparición de enfermedades respiratorias, mientras que una humedad baja puede causar deshidratación.
Iluminación
Los niveles de luz y los ciclos de iluminación influyen directamente en el comportamiento y crecimiento de los pollos.
Pollitos: Requieren un ciclo de luz prolongado durante las primeras semanas (23 horas de luz y 1 hora de oscuridad) para facilitar que se adapten al entorno y tengan acceso constante al alimento.
Pollos en crecimiento: Los ciclos de luz pueden ajustarse a 16-18 horas diarias. Se recomienda el uso de luces LED de bajo consumo para reducir costos de energía.
Manejo de la cama
La cama, que generalmente está compuesta por viruta de madera o cáscaras de arroz, debe mantenerse seca y suelta. Esto ayuda a reducir la proliferación de bacterias y parásitos. La cama debe cambiarse o reponerse cuando sea necesario, dependiendo de la densidad de aves y la ventilación del galpón.
Sistemas de monitoreo y automatización
Sensores inteligentes: Se recomienda utilizar sistemas de monitoreo con sensores que controlan la temperatura, humedad, calidad del aire y niveles de luz dentro del galpón.
Automatización: Integrar el control de ventilación, calefacción e iluminación en un solo sistema automatizado permite optimizar las condiciones ambientales de manera eficiente y precisa.
El uso eficiente de galpones con ambiente controlado maximiza el crecimiento de los pollos, reduce la incidencia de enfermedades y mejora los rendimientos productivos. La inversión en tecnología de control ambiental y el manejo adecuado de los recursos son esenciales para asegurar la sostenibilidad y rentabilidad de las operaciones avícolas.
Estrés calórico
José Luis Januario también enfatiza la importancia de gestionar el estrés calórico en las granjas avícolas. Explica que «la mayoría del calor producido en la granja proviene del propio cuerpo del pollo». Esto significa que se deben tener los equipos necesarios para retirar ese calor acumulado en el galpón.
«Nuestras granjas deben tener un techo aislado, cortinas, ventiladores, paneles evaporativos y aspersores para ayudar a que el pollo pierda el calor corporal generado por él y el calor adicional proveniente del entorno», afirmó Januario.
Con estos principios, el manejo de galpones con ambiente controlado asegura un entorno propicio para el crecimiento y bienestar de los pollos, maximizando la eficiencia productiva.
Fuente: José Luis Januario
Redacción: Publiagro