El ingeniero Marín Condori destaca la capacidad del amaranto para tolerar la sequía y su potencial como alternativa rentable para los agricultores bolivianos, pese a los desafíos del mercado actual
Cuando hablamos de cultivos alternativos, nos referimos a opciones que aportan vitalidad al suelo y, por qué no, rentabilidad en un escenario donde los cultivos tradicionales han disminuido. Una alternativa prometedora es el amaranto, una opción que se perfila como una excelente alternativa, especialmente pensando en su potencial para exportación.
El ingeniero Marín Condori, experto en cultivos, destacó que el cambio climático y sus efectos sobre la agricultura obligan a los productores a buscar especies más resistentes y con demanda en el mercado global.
«De alguna manera, hay que hacer frente a los cambios climáticos bruscos. Ante esto, existen especies como el amaranto, que tiene la virtud de tolerar la sequía y además es de ciclo corto», explicó Condori.
Según el ingeniero, el amaranto es un cultivo altamente prometedor, particularmente para la zona Este del país. Sin embargo, señaló que el mayor desafío actualmente es la falta de un mercado sólido.
«El único inconveniente que tenemos hoy es que el mercado no es tan desarrollado como el de la quinua, pero en cuanto se consiga algún nicho de mercado, seguramente se convertirá en una gran opción para el agricultor», afirmó.
«De alguna manera, hay que hacer frente a los cambios climáticos bruscos. Ante esto, existen especies como el amaranto, que tiene la virtud de tolerar la sequía y además es de ciclo corto»
En el contexto de los llamados superalimentos, el amaranto cobra especial relevancia, ya que sus propiedades nutricionales han despertado un creciente interés en el mundo después de la pandemia de COVID-19.
«El amaranto es muy importante, y nosotros como Altei lo consideramos un cultivo promisorio que queremos ofrecer al agricultor», aseguró Condori.
El ciclo de crecimiento del amaranto es corto, entre 65 y 70 días, lo que significa que es ideal para aprovechar la humedad residual del verano.
«Si hay suficiente agua y lluvias, es posible obtener una cosecha sin necesidad de riego constante, lo que lo convierte en un cultivo que no demandará mucha agua», añadió el experto.
Este tipo de cultivos alternativos no solo representan una opción viable para adaptarse a las condiciones climáticas actuales, sino que también abren nuevas oportunidades de mercado para los agricultores bolivianos que buscan diversificar sus producciones.
Fuente: Marin Condori
Redacción: Publiagro