El calentamiento global y sus efectos en la agricultura y el rendimiento de los pollos de crecimiento rápido impulsan nuevas estrategias
Los nuevos desafíos en la producción de broilers ante el cambio climático son cada vez más evidentes y complejos. El término «broiler» se refiere a los pollos que han sido seleccionados genéticamente para crecer a una mayor velocidad. Este tipo de pollo es extremadamente común, al punto de que el 90% de los pollos criados para carne en todo el mundo pertenecen a esta categoría. Los primeros broilers fueron desarrollados con la finalidad de optimizar la producción avícola, y en la actualidad, la mayoría de los broilers son de «crecimiento rápido», una característica que ha sido obtenida a través de rigurosos procesos de selección genética.
El doctor Deivi Vargas Marquina, gerente técnico de Ilender Bolivia, señala que el país enfrenta importantes retos en cuanto a la producción de broilers.
«Estamos viendo procesos de sequía e inundaciones, existe una tendencia del calentamiento global, lo que significa cambios en la agricultura, que es proveedor de lo que es maíz, soya, granos para la industria agrícola». Esta situación afecta de manera directa la disponibilidad y el costo de los insumos necesarios para la producción de broilers, lo que a su vez impacta en la rentabilidad del sector avícola.
Vargas Marquina también destacó cómo el cambio climático está afectando directamente a la industria avícola en Bolivia.
«Y los cambios ya directamente en la industria se traducen en estrés por el calor, bajos rendimientos, y eso conlleva a que el performans del pollo tanto en rendimiento como en conversión sean mucho menor»
«Y los cambios ya directamente en la industria se traducen en estrés por el calor, bajos rendimientos, y eso conlleva a que el performans del pollo tanto en rendimiento como en conversión sean mucho menor», explicó.
El estrés térmico causado por las temperaturas elevadas afecta el bienestar de los pollos y reduce su capacidad de crecimiento, lo que resulta en menores rendimientos productivos y mayor ineficiencia en la conversión alimenticia.
Ante estos desafíos, el enfoque del trabajo con broilers se ha centrado en mitigar los efectos negativos del cambio climático en la producción. Según Vargas, una de las iniciativas clave ha sido la implementación de sistemas para medir las velocidades del viento, el control estricto de la temperatura del agua y un enfoque importante en la integridad intestinal de los pollos.
«El trabajo importante en el tema de integridad intestinal es fundamental, ya que una de las causas del estrés por calor es la baja calidad intestinal, lo que genera una disbiosis», afirmó.
La disbiosis, o desequilibrio en la microbiota intestinal, afecta gravemente el rendimiento productivo de los broilers, reduciendo su capacidad para absorber nutrientes y, en consecuencia, su crecimiento.
El cambio climático está presentando nuevos y serios desafíos para la producción de broilers en Bolivia. Las fluctuaciones en el clima, como sequías e inundaciones, junto con el aumento de las temperaturas, están impactando tanto la agricultura que provee insumos como el rendimiento de los pollos en sí.
Sin embargo, mediante el uso de tecnologías y enfoques centrados en mejorar las condiciones ambientales y la salud intestinal de los broilers, los productores están buscando estrategias para contrarrestar estos efectos y garantizar una producción sostenible.
Fuente: Deivi Vargas
Redacción: Publiagro