La falta de lluvias y los incendios que asolan la región están provocando la muerte del ganado, mientras los pobladores luchan por sobrevivir con recursos limitados

Los incendios amenazan potreros en algunas comunidades/ Foto: Mariano Chore
El ganado bebe la poca agua que queda en los atajados/ Foto: Publiagro

La sequía continúa afectando gravemente a los pobladores y ganaderos de San Antonio de Lomerío. Durante los últimos dos años, la falta de lluvias intensas ha secado los bosques y potreros, dejando el pasto seco y los atajados sin agua, lo que ha puesto en peligro la vida del ganado. Además, los incendios han comenzado a extenderse, alcanzando varias comunidades, entre ellas Palmira, donde el humo denso ya está afectando la salud y la visibilidad de los habitantes.

Mariano Chore, productor y ganadero en la comunidad de Palmira, describe la desesperante situación en la que se encuentran.

«El ganado está muriendo de sed y de hambre», afirma con angustia. Asegura que los esfuerzos por salvar a los animales son limitados. «Es poco lo que podemos hacer», explica, mientras relata que están trasladando agua como pueden, utilizando galones, baldes y turriles para intentar mantener con vida lo poco que les queda de ganado.

La necesidad de ayuda es urgente. «Nosotros quisiéramos que nos ayuden, por lo menos con una cisterna para acarrear agua y echar a los atajados. Hace dos años que estoy pidiendo que se nos ayude en esta zona. Hemos enviado fotos, cartas, firmas a las autoridades de Santa Cruz para que nos ayuden, pero no hemos recibido respuesta, y ahora con los incendios siento que ya estamos colapsando», expresó Chore, mostrando su frustración ante la falta de apoyo.

«Con lo poco que tenemos, estamos cuidando que el fuego no arrase con todo. Estamos apelando a la conciencia de la gente para que no realice quemas ni chaqueos. Por lo pronto no hemos dejado que el fuego entre a la comunidad, pero estamos muy afectados con el humo»

 

La situación es aún más complicada debido a que San Antonio de Lomerío es un municipio pequeño, sin los recursos necesarios para enfrentar una crisis de esta magnitud.

«Incluso la alcaldía no tiene las posibilidades ni el recurso para dotar de camiones para el traslado de agua», enfatiza Chore, resaltando la precariedad con la que están enfrentando la sequía y los incendios.

A pesar de todo, los pobladores están luchando por contener el fuego.

«Con lo poco que tenemos, estamos cuidando que el fuego no arrase con todo. Estamos apelando a la conciencia de la gente para que no realice quemas ni chaqueos. Por lo pronto no hemos dejado que el fuego entre a la comunidad, pero estamos muy afectados con el humo», explicó, dejando en claro que la situación es insostenible.

Esta combinación de sequía extrema, falta de recursos y la amenaza constante de incendios ha puesto a San Antonio de Lomerío al borde del colapso. La comunidad de Palmira, como tantas otras, está esperando desesperadamente una respuesta de las autoridades para poder superar esta crisis.

 

Fuente: Mariano Chore

Redacción: Publiagro