De acuerdo con este principio, es indispensable que se garantice la disponibilidad de todos los nutrientes en las dosis adecuadas
La calidad del suelo es fundamental para las prácticas agrícolas, ya que un terreno fértil y sano provee a las plantas los nutrientes esenciales para crecer y desarrollarse, mientras que las características biológicas y físicas como la estructura y sus agregados le permiten al agua y al oxígeno llegar hasta las raíces.
En base a ese concepto Edward Peña, ingeniero agrónomo y especialista en temas de edafología, informó que hay un detalle que se debe tomar en cuenta principalmente en los suelos de la Chiquitanía es la incorporación de los nutrientes que son escasos.
La no incorporación de los elementos que necesitan las plantas, por muy ínfimo que sea, pueden afectar en la productividad. Eso lo establece la Ley del Mínimo, que refiere que el rendimiento de la cosecha está determinado por el nutriente de menor cantidad.
“En la Chiquitanía tenemos deficiencia de nitrógeno, fósforo, potasio, azufre, hay buen nivel de calcio, magnesio y en base a los análisis vemos que el boro es el microelemento que presenta mayor déficit”, explicó Peña.
Ley del Mínimo
También llamada Ley de Liebig, recibe su nombre gracias a su creador Justus von Liebig, un químico alemán que nació en 1803, considerado pionero en el estudio de la química orgánica, según los datos proporcionados por Wikipedia.
“En la Chiquitanía tenemos deficiencia de nitrógeno, fósforo, potasio, azufre, hay buen nivel de calcio, magnesio y en base a los análisis vemos que el boro es el microelemento que presenta mayor déficit”
Algunos textos suelen llamarlo “padre de la industria de los fertilizantes” debido a su enfoque en la importancia del nitrógeno (N) y otros minerales como elementos cruciales para el desarrollo vegetal.
Si trasladamos la definición a un ejemplo, la mejor forma de comprenderla es con un barril de tablas de madera. Si cada tabla fuese un elemento, el nitrógeno (N) al ser el nutriente más escaso, limita el rendimiento de la cosecha, evitando que el nivel del agua suba.
La Ley del Mínimo también establece que el exceso de cualquier otro nutriente no puede compensar la deficiencia del elemento limitante y tampoco se incrementará la cosecha porque no compensará la deficiencia de nitrógeno.
De acuerdo con este principio, es indispensable que se garantice la disponibilidad de los macronutrientes, elementos secundarios y micronutrientes en las dosis adecuadas.
Aplicaciones de este principio
- Gestión de fertilizantes: ayuda a determinar qué nutrientes son limitantes en un suelo para la producción de cultivos y permite a los agricultores aplicar fertilizantes de manera más eficiente.
- Rotación de cultivos y planificación de siembra: al entender las necesidades específicas de nutrientes, los agricultores pueden planificar la rotación de cultivos para evitar el agotamiento de nutrientes en el suelo.
- Mejora del rendimiento: al asegurar que ningún nutriente esté en mínima cantidad, se puede mejorar el rendimiento general de los cultivos, optimizando su crecimiento y producción.
Recomendaciones
Una de las sugerencias técnicas que dio el especialista en edafología, es realizar un análisis del suelo antes de implementar cualquier tipo de fertilizante en función de las necesidades.
Si se aplica calcáreo para mejorar la cantidad de calcio y magnesio debe ser de manera anticipada -dos a tres meses antes de la siembra- y cuando es la primera vez se tiene que incorporar porque el movimiento del carbonato es muy lento.
Fuente: Edward Peña – Wikipedia
Redacción: Publiagro
