Experto destaca la importancia de realizar estudios de suelo y un plan de fertilización adecuado para contrarrestar la degradación y optimizar los rendimientos
Al inicio de la siembra de cualquier cultivo, es crucial realizar un estudio exhaustivo del suelo, seguido de una adecuada corrección y fertilización del mismo, para alcanzar la máxima productividad. Este proceso es especialmente importante en el cultivo de caña de azúcar. Francisco Andrade, ingeniero agrícola y asesor técnico de La Calera, enfatiza que en la región siempre existe algún nutriente o factor que limita al productor de alcanzar un rendimiento óptimo.
“Nosotros hemos visto que con la fertilización y la mejoría de las condiciones de suelos se puede lograr ese rendimiento”, afirma Andrade.
Para asegurar un buen comienzo, él recomienda buscar un asesoramiento competente, sugiriendo servicios de agroprecisión, agrosuelo y otras empresas especializadas que pueden realizar un estudio detallado del suelo. Con base en estos estudios, se pueden dar recomendaciones precisas.
“Si nosotros no hacemos un plan de fertilización y no aplicamos los insumos que la caña necesita, la productividad con el pasar de los años tiende a bajar”
“En base a un estudio de suelo sabremos lo que la planta necesita para adquirir los rendimientos. El suelo tiene una capacidad de aporte de nutrientes, pero si nosotros podemos fertilizar y aplicar siempre lo que la caña necesita, el rendimiento y la productividad serán una consecuencia”, explicó.
El ingeniero agrícola subraya que los suelos en los que se cultiva caña de azúcar, especialmente aquellos que han sido explotados durante 30 a 50 años, ya han perdido una gran cantidad de nutrientes. Sin embargo, es posible devolver al suelo su productividad, restableciendo aproximadamente el 50% de los nutrientes que fueron extraídos.
“Si nosotros no hacemos un plan de fertilización y no aplicamos los insumos que la caña necesita, la productividad con el pasar de los años tiende a bajar”, advierte Andrade.
Degradación del suelo
En cuanto a la degradación del suelo, Andrade señala que, si no se implementa un plan de manejo adecuado de fertilización, el suelo puede comenzar a degradarse a partir de los 7 u 8 años, debido a la pérdida continua de nutrientes.
“El productor que hace una inversión, que tiene un suelo, que tiene la producción como su proyecto de vida, debería tener una mayor atención en el tema de la fertilización, porque si se puede lograr mayor fertilidad, si nosotros podemos obtener la longevidad, ¿por qué no hacerlo si eso nos da mayor productividad?”, concluye Andrade, resaltando la importancia de una gestión cuidadosa y bien planificada de los recursos del suelo.
Fuente: Francisco Andrade
Redacción: Publiagro