El doctor Fernando Peña destaca la importancia de un plan integral de bioseguridad y vacunación para combatir la inmunosupresora enfermedad de Gumboro y proteger la industria avícola

Enfermedad del Gumboro presente en las granjas avícolas/ Foto: Publiagro
Clasificación de vacunas contra el Gumboro/ Foto: Publiagro
Fernando Peña, veterinario de campo en Agroservet/ Foto: Publiagro

 La enfermedad de Gumboro, una afección viral presente en el sector avícola desde hace décadas, sigue siendo una amenaza significativa para la industria. El doctor Fernando Peña, veterinario de campo en Agroservet, señala que ha estado combatiendo esta enfermedad durante más de 20 años, destacando su persistencia y la importancia de una gestión adecuada para mitigar sus efectos.

Esta enfermedad afecta específicamente al sistema inmunológico de las aves, debilitando su capacidad para combatir otras enfermedades, ya sean virales o bacterianas. Como resultado, los productores avícolas enfrentan pérdidas económicas considerables debido a la susceptibilidad incrementada de las aves a diversas infecciones.

La enfermedad de Gumboro se manifiesta en diferentes tipos de aves, incluidas las parrilleras, las ponedoras comerciales y las reproductoras, y su presencia en los predios avícolas es constante. El control de esta enfermedad depende en gran medida del trabajo de seguridad, manejo y la implementación de un plan de vacunación adecuado en las granjas.

El doctor Peña subraya que la enfermedad de Gumboro es inmunosupresora, lo que significa que debilita el sistema inmunológico de las aves, haciéndolas más vulnerables a otras infecciones.

«Tenemos que invertir en capacitación del personal, tener gente idónea en nuestros predios avícolas»

«Es necesario trabajar con un plan de bioseguridad que sea integral», afirma, señalando que todos los aspectos relacionados con la bioseguridad deben ser cumplidos a cabalidad.

Cómo detener el ciclo

Uno de los problemas comunes es que algunos productores manejan el plan de vacunación como un aspecto separado del plan de bioseguridad, cuando en realidad debe ser parte integral del mismo. Un plan de bioseguridad bien ejecutado es fundamental para que la vacunación sea efectiva y cumpla su función de proteger a las aves.

Una vez que la enfermedad de Gumboro ingresa a una granja, no existe una cura efectiva, lo que hace que la prevención sea esencial.

«Lo que debemos hacer es tomar medidas para que ese problema no persista ciclo tras ciclo», recomienda Peña.

Implementar estrictas medidas de bioseguridad

Para lograrlo, Peña sugiere varias estrategias clave:

–          Asegurar la limpieza y desinfección exhaustivas de los galpones.

–          Utilizar productos adecuados para controlar el virus y reducir la carga viral, aplicándolos de manera consciente.

–          Realizar el reciclado de cama de manera responsable en las granjas donde se practica, para disminuir la carga viral en cada ciclo.

–          Controlar el insecto Alphitobius diaperinus, que a menudo es subestimado en las granjas. Peña enfatizó que este control debe ser visto como una inversión, no como un gasto, debido a su importancia en la reducción de la carga viral.

Vacunación

En cuanto a la vacunación, Peña explica que existen diferentes enfoques y conceptos, dependiendo del grado de desafío que enfrenta cada granja.

«Una vacuna de complejo inmune, por ejemplo, provee una inmunidad duradera para el ave y, lo más importante, coloniza la bolsa de Fabricio sin permitir que el virus de campo se disemine en el ambiente», destaca. La bolsa de Fabricio es un órgano linfoide primario en las aves, donde maduran los linfocitos B, esenciales para la respuesta inmunitaria.

Recomendaciones

Finalmente, el doctor Peña hace un llamado a los productores avícolas para que tomen conciencia sobre la importancia de la bioseguridad.

«Debemos ver la bioseguridad como una inversión, no como un gasto», afirma, recordando que un plan de bioseguridad bien estructurado no solo ayudará a controlar la enfermedad de Gumboro, sino también otras enfermedades como la bronquitis, el Newcastle y otras infecciones virales y bacterianas.

 Además, resalta la importancia de invertir en la capacitación del personal en los predios avícolas, desde los galponeros hasta el último nivel, para asegurar que el trabajo se realice de manera consciente y efectiva.

«Tenemos que invertir en capacitación del personal, tener gente idónea en nuestros predios avícolas», concluye Peña, subrayando la necesidad de un enfoque integral y comprometido para proteger la salud de las aves y la sostenibilidad de la industria avícola.

 

Fuente: Fernando Peña 

Redacción: Publiagro