Omar Figueroa, dirigente del sector, alerta sobre el impacto de la reducción en la provisión de ganado y las dificultades en el transporte, que están elevando los costos y amenazando la estabilidad del suministro de carne en la región

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El sector de carniceros en Tarija está atravesando una situación crítica, marcada por una serie de problemas que están afectando tanto la actividad económica como el abastecimiento de carne en el departamento. Según Omar Figueroa, dirigente carnicero de la región, la crisis se debe a una combinación de factores adversos que incluyen la escasez de combustibles y la falta de ganado, lo que está poniendo en riesgo la estabilidad del suministro de carne, un alimento fundamental en la dieta de los tarijeños.

Figueroa explicó que el conflicto social generado por la falta de combustibles está teniendo un impacto severo en el sector. Sin embargo, esta crisis se suma a una situación ya complicada por la escasez de ganado que el país viene enfrentando desde hace varios meses.

«Nuestro sector se encuentra muy preocupado debido no solamente al tema de la falta de dólares o a la escasez de diésel, sino también a la falta de ganado que hay en nuestro país», comentó Figueroa. Esta combinación de dificultades ha llevado a una amenaza considerable para la estabilidad del suministro de carne.

«Se ha reducido más o menos en un 40% la provisión de lo que es el ganado, y esto va en ascendencia»

La escasez de ganado no es un problema nuevo. Figueroa señaló que esta situación se ha estado manifestando desde hace aproximadamente dos meses, provocando una reducción significativa en la disponibilidad de carne.

«Se ha reducido más o menos en un 40% la provisión de lo que es el ganado, y esto va en ascendencia», advirtió el dirigente. La reciente crisis de combustibles ha exacerbado esta situación, complicando el transporte del ganado hacia el matadero municipal y su posterior distribución a los diferentes mercados de la ciudad.

El impacto de esta crisis se refleja claramente en los precios de la carne, que han experimentado un aumento en las últimas semanas. Figueroa indicó que el sector carnicero ha estado subvencionando los precios durante un tiempo considerable, pero la situación actual ha hecho insostenible esta práctica.

«Nos ha obligado a subir los precios en más o menos un 5%», explicó el dirigente, proporcionando ejemplos concretos de los aumentos: la carne molida ha pasado de 28 a 30 bolivianos, los cortes especiales que estaban a 38 bolivianos ahora cuestan 40, y los que estaban en 40 bolivianos han subido a 42 bolivianos.

A pesar del aumento en los precios, los carniceros están realizando esfuerzos para minimizar el impacto en la economía familiar. Figueroa mencionó que, en algunos cortes, como el puchero, solo se ha incrementado un boliviano, mientras que otros precios se han mantenido estables.

«No queremos afectar lo que es la canasta familiar de la familia tarijeña, porque sabemos que la situación económica es muy crítica para todos», subrayó el dirigente.

La situación actual no solo está afectando a los consumidores, sino que también pone en riesgo la viabilidad económica de muchos negocios del sector carnicero. La falta de ganado y las dificultades logísticas derivadas de la escasez de combustibles están ejerciendo una presión sin precedentes sobre estos comerciantes, quienes están viendo cómo sus márgenes de ganancia se reducen mientras intentan mantener precios accesibles para la población.

Finalmente, Figueroa hizo un llamado al gobierno nacional para que implemente «políticas económicas adecuadas que puedan solucionar estos conflictos», con la esperanza de que se puedan encontrar soluciones a la crisis que enfrenta el sector.

 

Fuente: El Andaluz 

Redacción: Publiagro