Para agilizar su implementación en Bolivia sugieren homologar los eventos que se aplican en otros países en el maíz y la soya

Bolivia tiene un evento aprobado en soya, como se muestra en la gráfica. Foto: Publiagro
Estos son los valores que se podrían conseguir con este material. Foto: Publiagro
Estos son los protocolos solicitados por el sector agrícola nacional. Foto: Publiagro

El bajo rendimiento en los cultivos de la soya y el maíz, agravado por la sequía presentada en los últimos meses, genera una gran preocupación en el sector agrícola por lo se considera urgente el uso inmediato de la biotecnología para revertir esta situación.

José Luis Llanos, decano de la Facultad de Ciencias Agrícolas (FCA) de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (UAGRM), hizo un estudio sobre este tema y presentó los resultados del impacto económico y productivo que puede generar la aplicación de las semillas transgénicas.

Expuso como ejemplo el caso del maíz cuya producción es crítica a nivel nacional debido a que hay problemas serios para cubrir la demanda de diferentes sectores y prevé que en el lapso de cinco años esto se puede agravar, además podría obligar a hacer la importación del grano generando la fuga de divisas.

José Luis Llanos, decano de la FCA

“Los resultados son elocuentes con el uso de la biotecnología, porque estamos hablando de una mejora en la productividad muy importante. En el caso del maíz podríamos alcanzar 5,3 toneladas por hectárea y con la soya arriba de 3 toneladas por hectárea”

Para demostrar de manera gráfica los beneficios que promueven los nuevos protocolos tecnológicos, mostró las cifras generadas en Brasil donde las cosechas de soya por ejemplo fueron incrementando con el empleo de una variedad transgénica.

Se trata de la soya INTACTA RR2 PRO, una tecnología desarrollada por la empresa Monsanto que tiene incorporados dos genes apilados, para la protección contra insectos (lepidópteros) y la tolerancia a herbicidas (Glifosato) – RR.

“Los resultados conseguidos son elocuentes con el uso de la biotecnología, porque estamos hablando de una mejora en la productividad muy importante. En el caso del maíz podríamos alcanzar 5,3 toneladas por hectárea y con la soya arriba de 3 toneladas por hectárea”, explicó Llanos.

Según el informe, las semillas genéticamente mejoradas también permitirían una disminución en los costos de producción, en el maíz por ejemplo la reducción de acuerdo a los cálculos sería de 81.06 dólares por hectárea y en la soya 62.5 dólares por hectárea.

Homologación de protocolos

Para agilizar el uso de nuevos eventos transgénicos en Bolivia, el disertante manifestó que esto se puede lograr mediante la homologación de los protocolos que se usan en otras regiones de Sudamérica, ya que nuestro país es miembro pleno del Mercosur.

“El uso de nuevos protocolos se puede dar en un lapso de 60 días, para eso necesitamos homologar los resultados que ya se tienen en los países vecinos”, agregó el decano de la FCA.

Para aprobar un evento en Bolivia –de acuerdo a la actual normativa- se necesita más tiempo, porque primero se tiene que hacer el análisis en la fase de riesgo y el periodo de validación agronómica.

En el primer caso, según Llanos, se podrían emplear los dictámenes de otros países y en el segundo caso esos materiales ya son usados por los agricultores bolivianos en campos comerciales.

Cinco eventos

Por otra parte, remarcó que son cinco eventos que el sector agropecuario necesita de manera urgente, en el caso de la soya está la variedad INTACTA y HB4.

En el maíz está el RR + Bt que tiene resistencia a insectos y a herbicidas; en el caso del trigo está el evento HB4 con resistencia a la sequía y por último del algodón RR+Bt, también con resistencia a insectos y herbicidas.

 

Fuente: José Luis Llanos

Redacción: Publiagro