Con la raza Santa Inés como estandarte, esta productora promueve la versatilidad y rentabilidad de la producción ovina, inspirando a nuevas generaciones
Zeneida Salazar, quien se desempeña como productora de ovino en el municipio de San Javier, afirma que la cría de estos animales constituye una labor accesible, económica y altamente rentable.
Aunque su producción está destinada únicamente al consumo interno, Zeneida se esfuerza por promover los beneficios de la carne ovina entre amigos y familiares, con la esperanza de fomentar un crecimiento en la industria y alentar a más jóvenes a dedicarse a la crianza de ovinos.
«En nuestra propiedad, (El Vergel), mantenemos una población de 80 animales de la raza Santa Inés. Durante eventos como el carnaval y la fiesta de San Javier, hemos experimentado una alta demanda de ovinos, principalmente para consumo alimenticio, dado el exquisito sabor y la calidad nutritiva de la carne ovina», destacó la señora Zeneida.
Este apasionado trabajo por la crianza de ovinos lo comparte con su hijo, quien le brinda ayuda en las labores diarias de manejo y cuidado. Sin embargo, la familia no se limita únicamente a la cría de ovinos, sino que también incursiona en la producción lechera, con un ganado de la raza Girolando que está ganando fuerza.
«En nuestra propiedad, (El Vergel), mantenemos una población de 80 animales de la raza Santa Inés. Durante eventos como el carnaval y la fiesta de San Javier, hemos experimentado una alta demanda de ovinos, principalmente para consumo alimenticio, dado el exquisito sabor y la calidad nutritiva de la carne ovina»
«Además de nuestros ovinos, tenemos ganado Girolando. Anteriormente criábamos Holando, pero decidimos vender la mayoría de ellas debido a sus mayores requerimientos de cuidado. En la actualidad, nos centramos en la crianza de Girolando, que son más resistentes y complementan nuestra producción ovina», enfatizó.
Zeneida resalta las ventajas de criar ovinos de la raza Santa Inés, mencionando su resistencia, su bajo requerimiento de espacio y la sencillez de sus necesidades alimenticias.
«La raza se adapta perfectamente al clima de San Javier y no demanda un alto número de vacunas. Son animales robustos, y el único desafío que enfrentamos durante la temporada de lluvias es el riesgo de infecciones fúngicas en las pezuñas (pietín). Para prevenirlo, hemos construido en nuestro corral una especie de loma donde los animales pueden resguardarse durante las lluvias», relató.
Los animales en la propiedad El Vergel de doña Zeneida se alimentan principalmente de pasto que crece en la misma, incluyendo variedades como el pasto Tanzania y el pasto nativo de la Chiquitania, conocido como Jaraguá.
Fuente: Publiagro