El manejo de la resistencia es un tema que debe ser abordado por todos los actores de la cadena productiva. Pero antes es necesario reconocer qué factores inciden en la aparición de la resistencia

Foto: Rainbow
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En ocasiones las aplicaciones de agroquímicos no resultan ser del todo eficientes en el control de una plaga, recayendo en muchos casos el peso de una mala aplicación sobre el producto, cuando el éxito de la misma depende de varios factores como: el momento de aplicación, la tecnología de aplicación, entre otros.

Si bien el cambio climático ha ejercido una influencia significativa sobre poblaciones de insectos plagas, es sabido por todos que el mal uso de los plaguicidas ha repercutido de manera negativa. Tan solo en los últimos 30 años, el número de nuevas plagas en el cultivo de la soya en Bolivia se incrementó abismalmente, pasando de 10 plagas de importancia económica (1990) a cerca de 35 registradas por el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria (SENASAG, 2020). 

¨Para algunos el mal uso de los agroquímicos, ha generado la ruptura del equilibrio ecológico, pues el efecto ha sido mayor sobre las comunidades de insectos benéficos, que las propias plagas agrícolas, haciendo que las poblaciones de plagas crezcan hasta un punto a veces insostenible¨, explicó Jovanna Vargas, técnica en el departamento de I&D Rainbow Bolivia

 ¨Para algunos el mal uso de los agroquímicos, ha generado la ruptura del equilibrio ecológico, pues el efecto ha sido mayor sobre las comunidades de insectos benéficos, que las propias plagas agrícolas, haciendo que las poblaciones de plagas crezcan hasta un punto a veces insostenible¨

Resistencia

Según la IRAC (Insecticide Resistance Action Committee), la resistencia se define como “un cambio, heredable, en la susceptibilidad de una población de insectos que provoca el fracaso repetido de un producto insecticida para alcanzar el nivel adecuado de control cuando éste es usado de acuerdo a las recomendaciones de la etiqueta para dicha plaga”.

Por lo tanto, al ser aplicado en reiteradas ocasiones el mismo insecticida, logran sobrevivir y transportan sus genes resistentes a sus descendientes, generando poblaciones resistentes.

En la actualidad hay más de 16000 casos documentados de resistencia a insecticidas que involucran a más de 600 especies de insectos y ácaros que han desarrollado resistencia al menos a un insecticida. Además, siete especies de insectos han desarrollado resistencia a cultivos transgénicos, y hay más de 335 insecticidas y acaricidas para los que hay al menos un caso documentado de resistencia (Sparks et al., 2020).

El manejo de la resistencia es un tema que debe ser abordado por todos los actores de la cadena productiva. Pero antes es necesario reconocer que factores inciden en la aparición de la resistencia. 

Según la IRAC la resistencia puede evolucionar de las siguientes maneras:

  •  Resistencia metabólica: los insectos resistentes pueden detoxificar o destruir la toxina más rápido que los susceptibles. Es el mecanismo más común de resistencia. – –
  • Resistencia en el sitio de acción: el blanco donde el insecticida actúa en el insecto puede sufrir alguna modificación que le impida su unión, reduciendo o eliminando su efecto.
  •  Resistencia a la penetración del insecticida: los insectos resistentes pueden absorber más lentamente el insecticida debido a una cutícula externa con barreras que demoran su penetración.
  • Resistencia debida al comportamiento: los insectos resistentes pueden detectar el peligro y evadir la acción de la toxina. Los insectos se dejan de alimentar o pasan a zonas de la planta o el lote donde el insecticida no está presente.

La mejor forma de retrasar la evolución de resistencia es con medidas preventivas, como reduciendo la presión de selección, es decir minimizando la selección de individuos resistentes. 

Manejar los plaguicidas de forma inteligente, optimizándolos realizando solo aplicaciones necesarias; la recomendación de los fabricantes es usar no más de 2 aplicaciones del mismo mecanismo de acción en la misma campaña.

También es fundamental monitorear las plagas para conocer sus niveles poblacionales, brindando información útil para la toma de decisiones. 

 

Fuente: Rainbow 

Redacción: Publiagro