

En un futuro no muy lejano, pretenden que la producción se expanda por todo el país


Es una producción en crecimiento, ya que hasta el momento disponen de 200 plantas y 1 hectárea en producción. El café amarillo posee ciertas particularidades que lo hacen diferente de otros tipos de café, y es muy demandado por conocedores del café.
Carlos Paul Bruckner, productor de café ecológico en Magdalena-Beni, quien es Itonama de corazón, término que se utiliza para referirse a aquellos que nacen en este municipio, expresó que a pesar de tener una arraigada cultura del café, esta no era muy conocida por alguna razón.
La cultura específica de esta localidad consistía en sembrar en los canchones o patios unas 3 o 5 plantas de café por familia. La misma familia se encargaba de tostarlo, lo que generaba una competencia sana para ver quién producía el mejor grano.
Ahora, el productor cultiva tres variedades de café: el café amarillo, que es una novedad, el café rosado y el café rojo, este último es el más consumido.
Con el paso de los años, el café amarillo había desaparecido; sin embargo, la madre del productor conservaba una planta de café amarillo en su casa. Después de un tiempo viajando, Bruckner decidió establecerse en Magdalena y comenzó a investigar sobre la producción de café, centrándose especialmente en la variedad de color amarillo.


“Son pocos los cafetales que tienen el café amarillo original “


El café amarillo presenta características particulares, con una mezcla de sabores que recuerdan a la vainilla y el chocolate. Su amargor es suave y exquisito. El proceso de tostado, pelado y secado es completamente artesanal.
La madre del productor había sembrado la planta hace más de 42 años, y era la única planta de su tipo en todo el municipio, y posiblemente en toda Bolivia. Esto despertó el interés del productor en su producción y conservación.
En su primer año, el productor sembró 100 plantines, pero lamentablemente no tuvo resultados favorables ya que todos murieron. Sin embargo, el año pasado, según Bruckner, estableció un convenio con un vivero y les proporcionó mil semillas, de las cuales le entregaron 60 plantas.
Ante estos resultados, el productor encargó al vivero que distribuyera los plantines de café a las comunidades locales e indígenas campesinas de Magdalena. Aseguran que este café amarillo posee un valor agregado impresionante.
“Son pocos los cafetales que tienen el café amarillo original “, recalco.
El kilo de café amarillo tostado se comercializa a 350 bolivianos, sin embargo, el productor tiene una producción limitada. El café rosado se vende a 200 bolivianos por kilo, mientras que el café rojo, el más común, se entrega a un precio que oscila entre 80 y 90 bolivianos.
Hasta el momento, el productor dispone de 200 plantas de café. Anteriormente tenía 100 plantas, y específicamente del café amarillo solo tenía una planta que producía alrededor de 2 arrobas, es decir, casi 25 kilos de café. El productor cuenta con una hectárea en la que cultiva diversas variedades de café.
Sin embargo, ahora ya cuentan con un terreno de sembradíos de café y esperan tener mayor producción. Proyectan para más adelante distribuir en mayor cantidad a Trinidad y Santa Cruz, aunque en algunas zonas de estos departamentos ya se encuentran este café amarillo.
Se está investigando si esta planta de café proviene de Etiopía, África, ya que según datos, esta variedad de café amarillo estaría en peligro de extinción en el mundo. Además, la cosecha de este café se da dos veces al año. El productor resaltó que la siembra de café representa una alternativa económica importante.
Fuente: Publiagro