Orientadas a la sostenibilidad ambiental, económica y social para los procesos productivos agrícola, que garantizan la calidad e inocuidad de los Alimentos

Las buenas prácticas agrícolas / Foto : Publiagro

Las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) son un conjunto de normas para la producción segura y sostenible de cultivos y ganado. Su objetivo es ayudar a los productores a maximizar el rendimiento y optimizar las operaciones empresariales, al mismo tiempo que se minimizan los costos de producción y el impacto ambiental.

Seguir las Buenas Prácticas Agrícolas facilita a los productores el suministro de productos con la calidad que demandan los minoristas y desean los consumidores.

Antonio Carlos Guardia, del área de programas y proyectos de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (ANAPO), indicó que el cultivo de la soya, considerado como agricultura sostenible e innovadora, se encuentra en una fase de aprendizaje. Se están introduciendo elementos de buenas prácticas y se está asegurando el cumplimiento normativo, lo cual es fundamental ante la presión de la inseguridad jurídica.

El término «Buenas Prácticas Agrícolas» hace referencia a un enfoque de producción y procesamiento de productos agropecuarios. Se busca que los procesos de siembra, cosecha y poscosecha de los cultivos cumplan con los requisitos necesarios para una producción saludable, segura y respetuosa con el medio ambiente.

“La idea central es que buscamos las mejores prácticas, hacer lo correcto y finalmente tener la garantía de que, contamos con el respaldo de esa buena realización “

Además, las Buenas Prácticas Agrícolas buscan comprometer al productor a crear un equilibrio entre la adecuada utilización de los recursos (agua, tierra, plantas), sin agotarlos, destruirlos ni contaminarlos, manteniendo así vivo el sistema productivo mediante el respeto al medio ambiente.

“La idea central es que buscamos las mejores prácticas, hacer lo correcto y finalmente tener la garantía de que, contamos con el respaldo de esa buena realización “, aseguró.

Destacó que se pretende aumentar la producción y mejorar los rendimientos en el cultivo de la soya y otros cultivos. También proyectan que, mediante la implementación de buenas prácticas, se contribuirá a mejorar el manejo de los recursos, especialmente en temas ambientales.

De igual manera, el profesional resaltó que, mediante la implementación de buenas prácticas, se puede optimizar el perfil de las personas que trabajan o están vinculadas alrededor de la producción.

 Por ende, se centran en áreas de trabajo como el medio ambiente, mejoras en la productividad y cumplimiento normativo, las cuales están abordando de manera integral.

Para finalizar, aseguró que el aporte de esta actividad es importante para la economía, pero también destacó que el enfoque primordial es la actitud de agricultura conservacionista que se está desarrollando.

Fuente: Publiagro