En Industrias KRAL usan abejas para la polinización de las flores y un caldo natural con “cola de caballo” para el control de los gusanos
Gerardo Castellanos, gerente de producción de Industrias KRAL, explicó que la idea de producir pepinillos tuvo una influencia de Europa, ya que es un producto muy consumido en ese continente especialmente encurtido.
Como no había proveedores en Bolivia se optó por una producción propia, en un terreno que consta de ocho hectáreas donde se hace la siembra en una hectárea a la vez y en las otras se aplica un descanso o la rotación de cultivos.
“El pepinillo es un cultivo intensivo, desde que se siembra hasta la cosecha y cuando la planta ya deja de producir se demora tres meses completos”, dijo Castellanos.
Dos colmenas de abejas están instaladas de manera estratégica en la propiedad, para que realicen la polinización de las flores y ayuden a aumentar la producción.
Manejo
El suelo debe estar completamente suelto para que las raíces de las plantas puedan afirmarse, para ello se hacen varias pasadas con rastra y rotavator.
Luego forman camellones con un metro o 1,2 metros de separación y posteriormente se hace la siembra directa de las semillas, aunque también se pueden usar plantines.
Se colocan dos o tres semillas cada 40 centímetros de distancia y dos centímetros de profundidad. Cuando emerge la planta se espera que tenga más o menos dos hojas reales que se tienen que podar.
Esa acción se realiza para evitar que los frutos estén al ras del suelo y puedan ser afectados por hormigas u otros elementos que generen magulladuras.
“El pepinillo es un cultivo intensivo, desde que se siembra hasta la cosecha y cuando la planta ya deja de producir se demora tres meses completos”
Riego por goteo y fertilización
Las mangueras se colocan antes de la siembra para la provisión de agua, de manera que cuando emerjan las plantas que son muy delicadas no haya ningún problema.
Después se hace la fertilización foliar con micronutrientes, en base a Fósforo que ayuda a afianzar a las raíces, luego se procede con la fertirrigación a través de las mangueras.
Para eso se emplea un fertilizante que contiene el Nitrógeno, Fósforo y Potasio en una relación 1-1-1 y otros elementos esenciales como el Boro, Calcio y otros.
Esa labor permite dar toda la energía que necesita la planta con el Nitrógeno para generar los frutos y mantener el follaje, mientras el Fósforo y el Potasio facilitan el desarrollo de los frutos.
Plagas y caldo natural
Después del corte de las primeras hojas se instala el tutorado, para que las plantas tengan un crecimiento vertical y permitan un aumento en la productividad.
En una hectárea se tienen normalmente entre 10 mil a 15 mil plantas, eso depende del espacio, y el tutorado previene del ataque de plagas porque hay mayor ventilación.
“Las plagas que afectan al pepinillo son la mosca blanca y los gusanos y en cuanto a enfermedades producidas por hongos tenemos el Mildium”, expresó Castellanos.
Para el control preventivo de gusanos se utiliza un caldo artesanal que es producido en Industrias KRAL con “cola de caballo” y cenizas. Y cuando el ataque es grande se aplican agroquímicos de contacto como la Cipermetrina.
Malezas
Antes de la siembra se hace un manejo mecánico con una pasada con el arado para que la maleza que está arriba muera y luego de un tiempo se incorpora al suelo.
Y cuando las plantas están en producción se realiza la limpieza de los callejones con un motocultor pequeño que tiene 60 centímetros de diámetro, después se retira la hierba de manera manual con el azadón y se hace el aporque.
Fuente: Publiagro