En el curso virtual realizado por la empresa Symagro, denominado Tecnología de Insumos y Procesos para una Ganadería Eficiente, se explicó las formas de hacer ganadería enfocados en el cuidado del suelo

Ganadería tradicional vs ganadería moderna / Foto: Symagro
Los efectos del pastoreo continuo / Foto: Publiagro

El principal impacto ambiental negativo potencial de la producción ganadera es el pastoreo o consumo excesivo del forraje, lo cual lleva a la degradación de la vegetación, mayor erosión del suelo y deterioro de su fertilidad y estructura.

Martin Simian, gerente general de Symagro, fue el encargado de explicar el nuevo enfoque para lograr una máxima producción sostenible por hectárea, sin centrarse tanto en el animal de manera individual, sino en la hectárea. Esto forma parte de la capacitación en tecnología de insumos y procesos para una ganadería eficiente.

El experto se centró, en una primera parte, en la importancia que se le debe dar al suelo, por encima de cualquier otro factor, incluso más que a los animales. Martín explicó que, en su mayoría, los ganaderos se centran más en sus animales y se olvidan del suelo, lo cual no debería ocurrir, ya que de ahí depende la productividad, ganancia y economía que se pueda obtener de los animales.

«El descuido del suelo nos lleva a la erosión, contaminación con envases de agroquímicos, contaminación de napas, y a una escasa infiltración de agua en los suelos, lo cual no solo nos afecta económicamente, sino también de manera ambiental», dijo Martín Simian.

Comparó que anteriormente se tenía un bajo costo y una renta más alta, pero en los últimos años ha aumentado este gasto debido a la considerable inversión en los campos ganaderos y también agrícolas. El experto indica que se debe entender que la hectárea es la unidad de producción en los sistemas a base de pastoreo y la idea es maximizar la producción por hectárea, tratando de minimizar los egresos, que, en los últimos años, han ido en aumento.

«Cada vez tenemos sistemas más dependientes de confinamientos, de suplementaciones. No queremos decir que estos sistemas no son válidos, pero es cierto que cada vez vamos incrementando más los costos y disminuyendo los ingresos de la ganadería tradicional debido al uso de agroquímicos, mantenimiento de potreros, y personal que se contrata para rozar y limpiar los potreros, lo cual genera un gasto significativo», detalló Simian.

“El descuido del suelo nos lleva a la erosión, contaminación con envases de agroquímicos, contaminación de napas, y a una escasa infiltración de agua en los suelos, lo cual no solo nos afecta económicamente, sino también de manera ambiental”

Uso de suelo

El pastoreo tradicional no fomenta la vida del suelo, afirmó Martín, quien detalló en el curso ciertos parámetros para darse cuenta de cómo está la vida en el suelo y cómo responde al estímulo. El experto citó como ejemplo la zona de la Chiquitanía y Pailón Sur, donde se observa un continuo pastoreo, resultando en una marcada desertificación de los suelos. Cada vez hay suelos más desnudos y menos cobertura, lo que indica que los ganaderos prestan muy poca atención al suelo, y así la ganadería tradicional no fomenta la vida del suelo.

«Cuanto más miremos el suelo, cuanta más vida tengamos, habrá una mayor producción de forraje y, por ende, más kilos de carne, más litros de leche, mejor condición corporal de las vacas y más aumento diario de los animales, incluyendo los torillos y novillos que engordemos», destacó.

El ganadero tiene mucha más facilidad que el agricultor para fomentar la vida del suelo o la biocenosis, como se le llama. Este desarrollo dinámico de la biocenosis se puede observar, por ejemplo, en la bosta (heces) de los animales, la cual debe descomponerse para determinar la presencia de vida en el suelo. De lo contrario, se seca y se endurece, indicando que es un terreno sin vida

Otras formas de ganadería

Existen muchas formas de hacer ganadería. Simian enfatiza que lo primordial es el suelo, seguido por la pastura y, en tercer lugar, el animal.

«Si tengo un suelo rico, sano y fértil, voy a contar con abundancia de forraje y periodos más cortos de sequía, lo que significa una mayor oferta forrajera que ayuda a disminuir drásticamente los costos en insumos», afirmó.

Esta nueva ganadería se llama biomimética, ya que imita a la naturaleza. Siempre es importante mantener los árboles; esa es otra forma de hacer ganadería, dejando todos los árboles en pie. Esto compensa la falta de humedad, ya que la mayor cantidad de árboles frena la velocidad del viento y evita que se deshidrate tanto el entorno. Toda esa cobertura también regula la temperatura ambiental.

«Con la nueva ganadería también rompemos ciertos paradigmas de que no se pueden mecanizar los lotes. Esto no es cierto; nosotros mecanizamos perfectamente los lotes con una gran cantidad de árboles», expresó. 

Fuente: Publiagro