Se debe realizar el monitoreo del cultivo, análisis de suelo, antes de la cosecha y después de la zafra
Para optimizar el crecimiento de los cultivos y maximizar la producción a corto y largo plazo, es fundamental implementar el manejo integrado y la fertilización del suelo en diversos cultivos. Las medidas del manejo integrado abarcan la rotación óptima de cultivos, la selección de variedades, la fertilización, la salud del suelo, la gestión del agua, y el control de plagas, enfermedades y malezas.
David García, especialista en manejo integrado y la fertilización del suelo en la caña, destacó que, para lograr una mayor producción, es esencial llevar a cabo un manejo integrado que aborde la fertilidad y nutrición de las plantas y del suelo. En este contexto, la práctica de dejar todo el rastrojo de la cosecha anterior se traduce en mantener la temperatura y un alto contenido de humedad en el suelo. Como resultado, la solución del suelo puede transportar los nutrientes necesarios a las plantas, contribuyendo a obtener un mayor rendimiento por hectárea.
Mencionó que muchos de los agricultores han observado que al dejar el rastrojo en el campo, la planta comienza a reaccionar debido a la desnitrificación, donde los microorganismos consumen el nitrógeno durante el proceso de descomposición de la materia orgánica.
“Los beneficios que tiene el manejo integrado, es una agricultura sostenible”, aseveró.
Por lo tanto, un manejo integrado va de la mano con el medio ambiente, lo que genera una agricultura responsable.
«Los beneficios que tiene el manejo integrado, es una agricultura sostenible«
Agricultura responsable
¿Cuáles son las consecuencias de no tener una agricultura responsable?
García enfatizó que, en vista de los cambios climáticos que se están experimentando a nivel mundial, caracterizados por periodos prolongados de sequía y temperaturas elevadas, incluso si el agricultor cuenta con excelentes cultivos y buena genética, no podrá alcanzar rendimientos óptimos sin una práctica agrícola responsable.
Hizo referencia a la propiedad en la zona Norte, donde actualmente están trabajando en 100 hectáreas cultivables, logrando un rendimiento promedio de unas 80 toneladas por hectárea.
Atribuyen estos logros en rendimiento al manejo integrado que llevan a cabo, incluyendo el monitoreo constante del cultivo y análisis de suelo antes y después de la zafra. Estos análisis son fundamentales para comprobar las diferencias nutricionales, ya que pueden variar en función del momento establecido del cultivo y la entrega del producto.
García recomendó la importancia de llevar a cabo análisis de suelo al inicio de la siembra, con el fin de identificar cambios y realizar correcciones o enmiendas necesarias. Este enfoque favorece una agricultura regenerativa, responsable y sostenible. Destacó que el manejo del suelo y la fertilidad son fundamentales para evaluar la nutrición de las plantas en cualquier cultivo, ya que esto garantiza una mayor producción con menor costo.
Fuente: Publiagro