En la actual época de sequía su aplicación es importante, ya que sirve para elevar el porcentaje de proteína que contiene el forraje
El consultor pecuario Rodrigo Rojas Monroy dio una charla a un grupo de productores sobre el uso de los aditivos en la nutrición de las vacas lecheras para elevar su rendimiento y ayudan a aumentar la ganancia de peso de las vaquillas de reposición.
“Hay muchos tipos de aditivos, pero los más conocidos son los proteicos que son productos que adicionados a un balanceado o a una sal mineral ayuda a elevar el tenor de proteína de la mezcla”, explicó Rojas.
Usó como ejemplo lo que ocurre ahora debido a la sequía, con una reducción considerable en el volumen de la masa forrajera en los potreros y en el concentrado de proteína de los mismos.
En el campo se ven los pastos totalmente amarillos y cuando se observa la bosta de las vacas el color es oscuro con forma de anillos, similar al excremento de caballo, situación que no debe ocurrir en una propiedad.
“Esa es la bosta de un animal que está consumiendo un alimento que tiene por debajo del 7% de proteína, en esta circunstancia los microorganismos del rumen no trabajan bien”, añadió el disertante.
Sin embargo cuando se comienza a utilizar los aditivos proteicos cambia el aspecto, porque ya hay mayor cantidad de proteína verdadera o de nitrógeno en el rumen del animal y las bacterias trabajan de mejor manera.
FALLAS
El abuso de un concentrado proteico puede generar algunos problemas por eso remarcó que en nutrición más no necesariamente significa mejor.
“Todo tiene que estar balanceado, si a un animal se da un exceso de urea por ejemplo con una cantidad exagerada de nitrógeno no lo podrá aprovechar y uno de los síntomas será una diarrea profusa”, apuntó
«Hay muchos tipos de aditivos, pero los más conocidos son los proteicos que son productos que adicionados a un balanceado o a una sal mineral ayuda a elevar el tenor de proteína de la mezcla»
GRASAS SOBREPASANTES
Otros aditivos que se usan se denominan grasas sobrepasantes que son inertes en el rumen de las vacas y no interfieren con su metabolismo. No son absorbidas en la pared ruminal sino en el intestino delgado.
Son grasas saturadas de manera natural (aceites de palma) o industrial que evitan que las bacterias del rumen se distraigan haciendo ese trabajo.
Los forrajes en mayor cantidad tienen aceites de naturaleza insaturada y los animales tienen mayor proporción de grasas saturadas. En la leche la mayor parte de la grasa es saturada.
SECUESTRANTES DE MICOTOXINAS
Rojas sugirió por otra parte el uso de secuestrantes de micotoxinas en la suplementación, son compuestos tóxicos producidos por hongos como las aflatoxinas que están en el maíz.
En las vacas pueden producir anestro y a las que están en producción les afecta al hígado que hay que cuidar mucho, porque es un órgano que se encarga de producir glucosa como una fuente de energía natural.
Fuente: Publiagro