Wilmer Pacheco, aborda la importancia de la inocuidad en las fábricas, plantas y silos para una mejor productividad porcina. Además que da a conocer enfermedades y bacterias más comunes presentadas en los alimentos de los animales

Foto: Publiagro/ Wilmer Pacheco - disertante
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La fábrica de alimentos frente a los desafíos sanitarios, es un factor que todavía está pendiente para los productores de cerdos a nivel Latinoamérica. La porcicultura moderna depende del suministro de alimentos balanceados, de manera que la calidad y la inocuidad de estos son un punto crítico para la salud, el bienestar de los animales y el máximo desempeño productivo.

Wilmar Pacheco, docente de la universidad de Alabama considera que básicamente desde la fábrica se debe identificar el peligro físico, químico y biológico que puede ingresar a través del alimento y causar daños en el animal.

“Es importante realizar una limpieza general en las diferentes áreas de la fábrica, asegurarse que tienen alternativas para prevenir peligros físicos, asegurarse que no exista ningún tipo de metal, o cualquier pedazo de madera en los ingredientes, un trabajo que se puede realizar también a través de imanes en las transiciones que ayuden a remover cualquier metal”

Enfermedades, plagas y bacterias más comunes

Cuando verificamos la parte bacteriológica va a depender mucho del ingrediente, en este caso, pueden encontrarse diferentes bacterias como la salmonella, E Coli, Micotoxinas y clostridiales.

Micotoxinas en alimentos

Otro de los puntos importantes que hay que tomar en cuenta son los peligros químicos, como ser:  las micotoxinas. Es importante realizar un análisis de micotoxinas antes que el ingrediente entre a la planta, porque ya una vez dentro de la planta, se convierte en un problema, explicó Wilmar Pacheco.

«Las micotoxinas presentes en los alimentos son un punto de interés en la inocuidad alimentaria de la producción de cerdos, ya que pueden representar riesgos de salud para los animales con sintomatologías clínicas o bien comprometer su productividad en casos subclínicos, esto en función de los niveles de contaminación presentes»

Además, algunas ingestas de los animales son capaces de acumularse en diferentes tejidos y órganos, suponiendo también un riesgo para el consumidor debido a que no pueden ser desactivadas con los métodos de cocción.

Salmonella

Cuando entre los ingredientes detectamos la presencia de Salmonella, hay que prestar mucha atención a las harinas de origen animal.

“La contaminación por salmonella es un riesgo real y debe ser abordado desde el conocimiento de las diferentes materias primas y proveedores. La aplicación de un seguimiento estadístico de resultados positivos ayuda, en este sentido, a determinar los puntos de riesgo”, explicó el experto.

Los parámetros implicados son esencialmente la naturaleza del producto, el tratamiento que este pueda llevar asociado a la planta o almacén en que haya sido procesado o almacenado el alimento. Es necesario un mayor control de calidad de los alimentos que se utilizan en la elaboración de alimentos para consumo animal, además de que una parte importante del nivel de contaminación que llega al consumidor, tiene su origen en los mataderos.

Escherichia coli

En el caso de la E coli, que se la encuentra también en los ingredientes de los alimentos para el animal, es una bacteria muy fácil de desactivar, y se lo hace mediante el procesamiento técnico y el peletizado.

«Algunas veces cuando se presentan problemas de E Coli en alimentos finales eso responde a un problema de recontaminación en planta y en ese caso es necesaria una limpieza, desinfección y control de manera urgente».

“Es importante realizar una limpieza general en las diferentes áreas de la fábrica, asegurarse que tienen alternativas para prevenir peligros físicos, asegurarse que no exista ningún tipo de metal, o cualquier pedazo de madera en los ingredientes, un trabajo que se puede realizar también a través de imanes en las transiciones que ayuden a remover cualquier metal”

Clostridiales

«Otras bacterias que siempre monitoreamos, son los clostridiales, que forman esporas y si uno los tiene en los ingredientes, los va a tener en los alimentos mezclados y en el alimento finalizado», enfatizó Pacheco.

Control, desinfección, limpieza y productos

En la parte de la limpieza de los equipos muchos productores desconocen cada cuanto tiempo se debe realizar, pero en realidad es algo que se tiene que evaluar en planta.

“Es necesario que vaya un equipo especializado, observe la situación de la fábrica para determinar cada cuanto tiempo realizar la limpieza, la cantidad de residuos. Si hay una mayor cantidad de residuos, por ejemplo en la mezcladora, se debe realizar una limpieza más frecuente, lo que normalmente se hace, es que uno puede usar maíz quebrado, porque es más abrasivo y se puede hacer algún compuesto que contenga formaldehído o ácido propiónico para hacer la limpieza”

La ventaja de realizar la limpieza del equipo con maíz, es transferir todo el producto a través de los elevadores y eso también ayuda a la limpieza de éstos.

“La limpieza y los controles depende mucho de la fábrica y del grado de la cantidad de líquido que uno adicione en la mezcladora, por ejemplo, si uno adiciona más grasa o melaza, va haber una mayor acumulación de residuos, en este caso se tiene que hacer una limpieza más frecuente”

Pacheco explica que es importante ponerle atención a la limpieza de los magnetos si se hizo algún mantenimiento preventivo, correctivo, porque normalmente, cuando se hace el mantenimiento se puede caer una tuerca, tornillo o cualquier metal que finalmente termina en el magneto, por eso es muy importante.

¿Qué son los Magnetos?

El magneto es la fuente de energía del sistema de encendido. Cuando el motor hace girar el magneto, formado por un grupo de imanes, se produce el voltaje. La velocidad de rotación del motor es directamente proporcional al voltaje producido, es decir, cuanto más rápido gira, mayor energía se produce, es por eso la importancia de realizar una limpieza luego del mantenimiento de los equipos para la elaboración de alimentos. 

Fuente: Publiagro