Miguel Angel Crespo, director de la institución Productividad, Biosfera Medio Ambiente (PROBIOMA), una institución privada de desarrollo social con amplia experiencia en las áreas de agroecología, manejo de la biodiversidad y biotecnología, asegura que a 70 años de vigencia de la Reforma Agraria, se impone la necesidad de cambiar la visión agrarista, desmontar para cumplir la función económica y social, y preservar el bosque.


“El bosque cumple la Función Económico Social (FES), al generar agua y servir como muro de contención de virus y epidemias. No considerarlo es retrógrado, y su destrucción no es el camino al desarrollo”, expresó.
Indicó que actualmente ya hay suficiente tierra desmontada que necesita ser restaurada y gestionada de manera sostenible, en lugar de seguir desforestando dentro de una visión andino-centrista que no tolera la existencia del bosque y busca destruirlo.
“El bosque cumple la Función Económico Social (FES), al generar agua y servir como muro de contención de virus y epidemias. No considerarlo es retrógrado, y su destrucción no es el camino al desarrollo”


Crespo plantea el desarrollo de la agroecología no solo en la pequeña parcela, sino también en la mediana propiedad, promoviendo la diversificación de cultivos y produciendo alimentos de alto valor nutritivo, aprovechando la gran diversidad genética que tiene Bolivia.
“No garantizaremos la seguridad alimentaria tomando tierras para traficarlas, mantenerlas para engorde o alquilarlas. Tampoco mejoraremos la producción con la introducción de semillas transgénicas, sino con semillas nativas de calidad. Rusia y Ucrania son los mayores productores de granos y no utilizan semillas transgénicas”, reflexionó Crespo.
Fuente: El Mundo