El negocio de la castaña se va a pique y ya se habla del cierre de fábricas

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Foto: El Diario

El precio del fruto no logra estabilizarse a nivel internacional, sigue bajando. Los productores ya analizan actividades alternativas, hasta que la situación en el sector mejore. Temen el cierre de fábricas, lo que sería catastrófico para el sector.

En Riberalta, Beni, el negocio de la castaña representa el 90 por ciento de los ingresos para los indígenas y hasta un 70 por ciento de ingresos para el municipio. Hoy la industria sufre la peor crisis de todos los tiempos, Alfredo Tabary presidente del directorio de la Cámara Agropecuaria del Beni (CAB), manifestó que sería catastrófico el cierre de fábricas a causa del bajo precio de la castaña a nivel internacional.

“Esto nos ha llevado a analizar estructuras de fondo para mitigar este efecto mundial, hay más de 10 mil zafreros que estarían desamparados y preocupados, este rubro del sector fabril mueve una cantidad importante de pobladores que quedarían sin fuentes de trabajo, sin hablar de los compromisos financieros que tienen muchos de los productores”.

Esta situación se genera desde hace dos años, pero se volvió insostenible desde el mes de octubre y hasta la fecha no hay señales de estabilidad, incluso ya se habla del cierre de fábricas.

“Hablamos de un quiebre técnico, no se puede seguir con una actividad que genera pérdidas y esto lleva al cierre de fábricas, ni siquiera hablamos de pérdidas, hablamos de cerrar fábricas», recalcó Tabary.


“Hablamos de un quiebre técnico, no se puede seguir con una actividad que genera pérdidas y esto lleva al cierre de fábricas


Jorge Olmos, analista y asesor de empresas, hizo una proyección sobre la situación del sector castañero y evaluó que las empresas no pueden trabajar a pérdida.

“Hay empresas grandes, dos en particular que tienen mucha tecnología incluso utilizan láser para seleccionar la almendra, estas empresas han dicho que no van a trabajar si la situación sigue de esta manera porque no les conviene vender solo 20 contenedores, necesitan por lo menos de 40 a 50 contenedores, de lo contrario, es trabajar a pérdida”.

Tanto Tabary como Olmos coinciden en que se tiene que bajar el precio de la castaña en función al precio internacional, que oscila entre los $ 230 y 250 la libra, según la proyección de Olmos el precio debería ser de $ 90 a 110, sin embargo, los productores, zafreros y campesinos indígenas exigen que el precio sea de 140.

El proceso productivo de la castaña se desarrolla entre diciembre y marzo, por lo tanto, las familias deben organizarse para que los ingresos percibidos les alcancen para cubrir los ochos meses restantes o ingeniárselas para encontrar otras actividades pequeñas que les permitan asegurar su subsistencia.

Tabary asegura que existe un plan mientras el panorama persista crítico, “tenemos que utilizar las tierras para la agricultura, ya sea de forraje y pasto, actividades alternativas mientras encontremos nuevos mercados para la castaña, ya estamos en problemas, el cierre de fábricas sería el quiebre total”.

El sector pide ayuda, atención del gobierno y una mano de los empresarios privados.

Fuente: Publiagro