Foto: La Opinión
El fenómeno climático con sequía y la guerra en Ucrania son algunos de los factores citados por expertos como causales para que se dispare la cotización de la tonelada de soya, sorgo, maíz y otros granos.
El conflicto en Ucrania, que afectó a los mercados energéticos y al abastecimiento de fertilizantes, hizo que los precios de los productos agrícolas aumentaran considerablemente.
Esa es la conclusión a la que llegó el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) sobre la situación de los precios internacionales relacionados con el agronegocio, que en 2022 alcanzaron sus máximos históricos.
“La soya, maíz y trigo lograron niveles nunca registrados”, reconoció María Esther Peña, gerenta técnica del IBCE.
Según ella, la soya tuvo un crecimiento en su cotización internacional de 16% más, respecto a 2021, durante 2022 su precio alcanzó 737 dólares la tonelada, “una cifra jamás vista para este commoditie”, ejemplificó.
De igual modo, Peña dijo que el maíz tuvo el mismo comportamiento que la soya, y que su precio casi alcanzó los $us 350 la tonelada.
En cuanto al trigo, presentó un notable incremento en su cotización, que comparado con el año 2021, creció un 36%. “Si se hace una comparación con los precios de hace cinco años, el precio internacional de la soya aumentó 71%; del maíz, 94%; y del trigo, 105%”, explicó.
Asimismo, informó que el precio de café tuvo un importante repunte durante 2022 y alcanzó los $us 5,6 el kilo; en comparación con 2021, aumentó 25%. El cacao tuvo un descenso del 1%, y el precio del azúcar, comparado con 2018, creció casi 50%.
Mario Moreno, presidente de la Asociación de Productores de Maíz y Sorgo (Promasor), dijo que partir del segundo trimestre de 2021 los precios de ambas materias primas (maíz y sorgo) iniciaron una carrera en ascenso, derivada de factores coyunturales, principalmente por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
“El primer efecto fue en la campaña de invierno, en el sector de la soya, en segundo lugar el de sorgo, y en tercer lugar el de maíz”
Sin embargo, aclaró que en el caso del mercado interno nacional, en la campaña 2020-2021, los productores sufrieron el primer impacto de baja en la producción, debido situaciones como el cambio climático.
“El primer efecto fue en la campaña de invierno, en el sector de la soya, en segundo lugar el de sorgo, y en tercer lugar el de maíz”. En general, en este periodo atribuyó una baja producción a la sequía.
De acuerdo a Moreno, anticipándose a los efectos del cambio climático en el agronegocio, como Promasor exigieron atención a los ministerios de Desarrollo Productivo y Desarrollo Rural y Tierras, pero “nunca” fueron atendidos.
“A su debido tiempo pedimos el cambio de la matriz productiva, aplicando materiales genéticamente modificados (GM), o transgénicos, resistentes al estrés hídrico, ataque de insectos, etc., pero dieron más atención a los grupos ambientalistas”, cuestionó.
Moreno agregó que hoy la consecuencia de esa indiferencia es bajo rendimiento, costos elevados de producción, etc., además de “ser invadidos con productos de países vecinos, como Brasil y Argentina, lo que ocasiona fuga de divisas, desmotivación del sector productivo, reducción de fuentes de empleos, etc.
Jaime Hernández, gerente general de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), aseveró que los precios en el mercado internacional para la soya y sus derivados (harina y aceite) se encuentran con buenas perspectivas, a medida que avanza el desarrollo del cultivo y se aproxima la cosecha en los principales países productores, como Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay.
Reconoció que estas buenas perspectivas de precios se dan fundamentalmente por recortes a las estimaciones de producción obtenidas por Estados Unidos, con su cosecha ya concluida, y por la sequía que atraviesa Argentina, “que le ha impedido completar el área de siembra proyectada. Tendrá una considerable menor producción y por ende la oferta mundial se ve disminuida por estos factores”, ilustró.
Hernández mencionó también el conflicto bélico de Rusia con Ucrania como un determinante en la subida de precios.
Sin embargo, cree que en lo interno es necesario recuperar un escenario de certidumbre jurídica y política para tener la seguridad de que se podrá exportar para aprovechar el buen escenario de precios en el mercado internacional. “Tenemos suficientes excedentes”, aseguró.
Fuente: El Pais