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Un consultor brasileño, invitado por la empresa Ilender, explicó en el Seminario Alimenta 2022 los factores que se deben tomar en cuenta para optimizar la producción.
El manejo en la estructura de costos de la producción de pollos todavía requiere algunos ajustes en nuestro país, de acuerdo a la disertación que presentó el consultor brasileño de la empresa Ilender, Leeser Salah en el Seminario Alimenta 2022.
En ese sentido indicó que hay muchas cosas básicas que aún tienen impacto en los gastos productivos y que pueden ser reducidos con cambios fundamentales directamente en los ambientes de cría.
En el seminario expuso unos 10 ejemplos de puntos impactantes en el costo de producción. Para tener una idea, en 2001 cuando inició sus charlas se gastaba 35 centavos de dólar por kilo y ahora es más de 90.
“Estamos hablando de un incremento de dos veces más, eso significa que no se puede dejar escapar ningún detalle en la producción de pollos”, dijo Salah.
“Hay un margen muy pequeño entre la empresa exitosa que tiene utilidad neta y la que pierde plata por diferentes problemas, eso lo determina el costo de producción”
El sistema de chequeo y seguimiento que sugirió en la charla ya cuenta con 698 puntos, hay algunos que son realmente básicos y dependen del intercambio de experiencias entre productores.
COMPETITIVIDAD
El consultor remarcó que cada día hay más competitividad entre las empresas avícolas, eso ocurre por ejemplo en Brasil donde cada industria se esmera en producir pollos de alta calidad.
“Hay un margen muy pequeño entre la empresa exitosa que tiene utilidad neta y la que pierde plata por diferentes problemas, eso lo determina el costo de producción”, sostuvo el entrevistado.
Por otra parte, señaló que el costo del pollo a nivel de matadero significa más del 80 por ciento del gasto total del producto final terminado, el alimento significa más del 70% en el costo del pollo vivo, el pollito BB 12% y el integrado más del 10 por ciento.
En la disertación, según Salah, también enseñó que sí se puede producir pollos sin antibióticos de forma competitiva, cumpliendo con el bienestar animal, las leyes de medio ambiente, dando al cliente exigente un producto con un buen valor agregado y a un precio competitivo.
Fuente: Publiagro