Seis regiones no recuperan la producción perdida en 2020; Santa Cruz, Potosí y Beni son las excepciones

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Analistas apuntan a la ausencia de políticas gubernamentales que permitan la reactivación de las economías regionales de una manera más homogénea.

Las economías de seis de los nueve departamentos del país todavía no crecen por encima de lo perdido en 2020, lo que impide hablar de una “recuperación total” del Producto Interno Bruto (PIB) nacional y devela falta de políticas gubernamentales que permitan la reactivación de una manera más homogénea, según analistas.

Jorge Akamine, presidente del Colegio Nacional de Economistas de Bolivia, explicó que 2021 se caracterizó por ser un año de reactivación económica, que dio paso a la normalización parcial de la producción y el comercio.

“Esta reactivación se vio estimulada por un entorno más favorable de precios internacionales para las exportaciones bolivianas, así como por el aumento de la inversión, principalmente en el sector de la construcción, y la dinamización gradual del comercio exterior. Como resultado, el PIB real (Bolivia) creció un 5,7%, y el país encontró un respiro después de un año muy duro de crisis sanitaria, económica y social”, acotó.

“El Producto Interno Bruto de Santa Cruz creció en 5,7% en 2021 y logró revertir la caída registrada en 2020 de -4,1%. Este nivel de crecimiento es un reflejo de la reconstrucción de la economía como resultado de las medidas implementadas por el Gobierno del presidente Luis Arce”, informó el 20 de septiembre el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas.

Pero el nivel de reconstrucción destacado por el Ejecutivo solo se vio en territorio cruceño, potosino y beniano. Datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) dan cuenta de que el año pasado las economías de Chuquisaca, Cochabamba, La Paz, Oruro, Tarija y Pando registraron crecimientos que no lograron revertir las caídas que tuvieron en 2020.

La Paz, por ejemplo, recuperó la anterior gestión un 5,29% luego de un -11,6% en 2020, Pando un 7,14% después de un -13,74 y Tarija un 2,53% tras un -10,59%.

“Tres sectores de la economía boliviana son los más dinámicos: agroindustria, minería y construcción. En ese sentido, la recuperación de los otros sectores fue muy lenta y eso se refleja en los datos del 2021. De allí que Santa Cruz creciera mucho más que los otros departamentos”, indicó Luis Pablo Cuba, presidente del Colegio Departamental de Economistas de Cochabamba.

“La pena fue que el Gobierno no aplicó incentivos o políticas que pudieran reactivar la economía en forma más homogénea. Resultado: más desigualdades, incremento de la pobreza e injusticia social”, sostuvo.

De acuerdo con el INE, Santa Cruz creció un 5,74% tras caer en -4,1%, Potosí un 15,7% posterior a un -15,48% y Beni registró un 3,56% luego de un -0,03%.

Akamine indicó que el crecimiento de Santa Cruz en 2021 (5,74%) es también superior al registrado en 2019 (4,15%), lo que da a entender que el departamento se ha recuperado de la caída registrada en 2020. “Los sectores que mostraron mayor crecimiento en el departamento fueron: minería (9,83%), construcción (28,93%) y transporte y comunicación (18,13%)”, apuntó.

El primero respondió al aumento de las cotizaciones en los mercados internacionales; el segundo a una mayor inversión pública y a la reanudación de obras paralizadas en la gestión anterior ; y el tercero al levantamiento de las restricciones en la vías aéreas, terrestres y fluviales, tanto a nivel nacional como internacional.

“Si analizamos el PIB real, todos los departamentos del país han presentado el 2021 una recuperación extraordinaria después de uno de los años más depresivos de nuestra historia económica”, dijo por su lado Fernando Romero, presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija.

“Se podría decir que el Covid-19 le hizo bien a nuestra economía, ya que a escala nacional y departamental todos presentaron en 2021 una tasa de crecimiento económico, respecto inclusive al 2019”, expresó.

El presidente del Coneb precisó que el crecimiento de 2021 se da después de un 2020 en el que las actividades fueron restringidas y la producción limitada, “por lo que no es factible interpretar los resultados como una recuperación total en el departamento”.

“Si bien la recuperación es evidente, existe aún debilidad en la economía, además de que no todos los sectores han logrado un crecimiento mayor al registrado en 2019”, mencionó.

Romero consideró que, si los datos estadísticos reflejan efectivamente “el verdadero nivel de la actividad económica” nacional y departamental, es necesario realizar un análisis del tipo de recuperación que se tuvo durante el periodo después de 2020.

Cada departamento tiene su modelo y estructura económica productiva singular, pero es notoria la diferencia de cifras, observó. Por ejemplo, el mayor crecimiento lo tuvo Potosí (15,7%) y el más bajo Tarija (2,53%).

“Lo más llamativo es que si hacemos la diferencia entre el decrecimiento económico del 2020 y la recuperación del 2021, Oruro creció en 33,54 puntos porcentuales (de -19,12% a 14,42%), mientras que Beni creció solo en 3,53 puntos porcentuales (de 0,03 a 3,56%)”, apuntó.

El objetivo de todos
La Fundación Jubileo recuerda en su estudio que las gobernaciones “tienen el desafío de afrontar el complicado momento actual que demanda una reactivación de las economías regionales”.

En Cochabamba, por ejemplo, el sector más dinámico durante la pandemia fue la agricultura, mientras que la industria manufacturera y la minería tuvieron “una reacción más lenta y les costó adaptarse a la normalidad”.

“No hubo grandes despidos, pero la matriz productiva regional tuvo que enfrentar al contrabando, a la migración o al cierre de empresas. Todo esto desfavorecido por la ausencia de políticas públicas”, evaluó Cuba.

Y para afrontar problemas como estos, las gobernaciones tienen recursos limitados.

“Desde 2015, en adelante, las gobernaciones registraron una significativa disminución de recursos, situándose sus disponibilidades muy por debajo de los últimos años del periodo de bonanza (2013–2014). Para 2022, el presupuesto confirma esta tendencia, previendo, incluso, una leve disminución, nuevamente”, sostiene Jubileo en un estudio.

Un informe del Banco Mundial difundido en abril indica que a 2021 el PIB real de Bolivia está aún -3,01% por debajo del nivel de crecimiento prepandémico, mientras que países como Chile, Paraguay, Colombia y Brasil ya poseen un crecimiento económico nuevo, es decir, está por encima de los niveles previos al covid.

William Maloney, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, explicó que “todos los países de la región tuvieron el año pasado tasas de crecimiento muy altas, recuperando lo que perdieron en 2020 debido al Covid-19 y la paralización de las actividades económicas”.

“Este crecimiento que vemos en 2022 y 2023 es más bajo que el año pasado y probablemente es el ritmo normal y no puramente recuperación”, afirmó el representante de la financiera multilateral, que proyectó una expansión del 4,1% para Bolivia en 2022, mientras el Gobierno boliviano prevé un avance del 5,1%.

Jubileo sostiene que los gobiernos departamentales son la instancia que tiene como principal función el desarrollo económico, productivo y social en su jurisdicción; sin embargo, “lograr esta tarea dependerá de políticas nacionales que conduzcan al país hacia un desarrollo sostenible y estable”.

“La situación actual y las perspectivas futuras plantean la necesidad de optimizar el uso de los limitados recursos y priorizar las inversiones que generen mayor impacto para la población. Esto implica una gestión pública más eficiente en todos los niveles de gobierno”, remarcó.

Fuente: El Deber