La producción está distribuida en las cuencas del altiplano, del Plata y del Amazonas.
La producción pesquera en Bolivia representa el 43% del total de la demanda anual. Es decir, en el país se produce 15.000 toneladas de carne de pescado anual, frente al requerimiento de 35.000 toneladas por año.
La información fue proporcionada por el director de la Institución Pública Desconcentrada de Pesca y Acuicultura (IPD-PACU), Grover García Carballo, quien además agregó que la demanda restante de carne de pescado es cubierta por la importación y el contrabando.
A esta valoración, se sumó el secretario por Santa Cruz de la Confederación Boliviana de Acuicultura y Pesca (Cobap), Bethoven Torrelio, quien indicó que el sector productivo local se ve muy afectado por la importación y el contrabando de esta carne.
“El factor importante es el Estado: si bien no puede financiar proyectos piscícolas, tampoco hace nada para frenar la importación y el contrabando, así como permitir que el productor nacional pueda entrar al mercado de las ciudades capitales”, dijo.
Torrelio agregó que uno de los dos sectores tiene que irse del país. “O nos vamos los productores locales o se van los importadores contrabandistas; si bien hay producción nacional abundante y cada día está creciendo, no tenemos acceso a (los mercados de) las ciudades capitales”.
Torrelio señaló que, según datos del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag), en 2018 entraron 4.000 toneladas de pescado argentino a Bolivia, equivalente a más de 200 contenedores con capacidad de 20 toneladas.
“Pero si uno va al mercado del pescado en Santa Cruz, todos los días entran unos 10 contenedores. Quiere decir que a Bolivia entran entra 45.000 a 60.000 toneladas al año y la producción nacional es de 20.000 toneladas. Si bien esos datos son de años atrás, en la actualidad esta actividad se ha incrementado un 50%”, dijo.
Para Edwin Puerto, de la Asociación de Piscicultores de Puerto Villarroel de Cochabamba, la dificultad está en el ingreso a los mercados de los grandes centros urbanos y la baja en los precios de este producto. “En el período de la pandemia (2020) se tuvo un incremento, pero en septiembre y octubre del pasado año ha bajado considerablemente su precio. Es uno de los temas que nos preocupa, a la vez la carne que ingresa de las fronteras, especialmente de Argentina, hace que reduzca los precios”.
Por su parte, García señaló que la lucha por el contrabando es permanente, por lo que el presidente Luis Arce Catacora tomó una decisión técnica de dedicar mayor presupuesto para que el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras pueda dedicarse a fomentar y fortalecer la producción primaria de carne de pescado en todos los sectores del país para, de esa manera, contrarrestar la importación y a la vez luchar contra el contrabando.
Según el informe de la Rendición Pública de Cuentas Inicial 2021 del IPD-PACU, la participación del contrabando en el consumo de carne de pescado representa el 23%, la importación el 31% y la producción nacional solo 46%.
CONSUMO.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo per cápita de carne de pescado debe ser de 12 kilogramos por habitante al año, sin embargo, en Bolivia solo llega a 2,6 kilogramos anualmente.
“Santa Cruz gana 7 kilos por persona al año. En la zona altiplánica no llegamos ni a 3 kilos por persona”, dijo García.
Para Torrelio, si bien el consumo en todo el país es de 2,6 kilos por año, el consumo en el conurbano de Santa Cruz es de 7 kilos: “6,5 kilos es producto importado y solo medio kilo es producción nacional”. Agregó que, si uno se va por las zonas de mayor producción como San Julián, Yapacaní u Okinawa, el consumo per cápita es de entre 23 a 25 kilogramos.
“Están cerca de los módulos de producción, donde para ellos comer pescado es un hábito natural y es alimento de producción nacional. Donde se ha visto que ha aumentado el consumo per cápita es en las regiones mineras de Oruro y Potosí, e incluso Tarija ha aumentado el consumo de pescado”, señaló.
Indicó también que alrededor de 200.000 productores están involucrados en la producción de pescado en las cuencas del Amazonas, del Plata y del altiplano.
Según el informe de la Rendición Pública de Cuentas Inicial Gestión 2021 del IPD-PACU, la cuenca del Amazonas tiene un volumen de producción de carne del 54%, del altiplano 42% y del Plata solo un 4%.
PROBLEMÁTICA.
Para Torrelio, si bien la piscicultura es la producción de pescados en piscinas controladas, la pesca ha decaído bastante e incluso en algunos sectores se fue depredando sorprendentemente.
“El lago Titicaca está pasando por lo mismo, hay mucha depredación y la piscicultura ha salido como defensa a la pesca. Consideramos que no deberían tocarse los ríos por lo menos unos cinco años hasta que se restablezca, a excepción de los que viven de la pesca para el consumo diario”, dijo.
Para García, en el caso del lago Titicaca hay una sobreexplotación debido a que “si antes había 100 pescados, solo había 10 pescadores, pero ahora es al revés. Hay una pesca indiscriminada y frente a eso hay una ley de la pesca que está en proceso de socialización” con todos los actores, puntualizó el funcionario.
El Trópico alista una feria del tambaquí
El municipio de Puerto Villarroel, en el trópico de Cochabamba, con el fin de promocionar el turismo y la gastronomía de la región, organizó “la primera versión de la feria nacional del tambaquí”, que concluye este domingo.
Según Edwin Puerto, presidente de la Asociación de Piscicultores de Puerto Villarroel, en Cochabamba existen cerca de 11.000 familias que se dedican a esta actividad económica.
“En mi municipio tenemos alrededor de 4.000 productores. Entre los potenciales para el sector piscícola están el municipio de Villa Tunari y mi municipio (Puerto Villarroel), que son grandes y tienen bastante extensión para la producción del tambaquí”.
Puerto agregó que cada piscicultor tiene arriba de cinco criaderos de pescado y otros tienen entre 12, 20 y hasta 60 piscinas para la cría del tambaquí.
Dijo que, si bien su producción se comercializa en el mercado local, los excedentes se llevan a las ciudades de Cochabamba y Santa Cruz. Indicó que también se hace el esfuerzo para llegar a los mercados de Potosí, Oruro y La Paz.
Fuente: La Razón