En uno de los predios de esa zona del departamento de Tarija los productores angustiados por los rigores de las secas, optaron por realizar cruzamientos y lograron semillas que frenan los efectos negativos de la falta de lluvias y los resultados que han alcanzado son muy satisfactorios.
Poder apreciar cinco mazorcas en una sola planta de maíz no es algo rutinario, sin embargo, se puede alcanzar con cruzamientos tal y como lo han logrado en Yacuiba donde han logrado un material transgénico elaborado por los propios productores el cual se adapta plenamente a esa zona.
En esa región del departamento de Tarija, las inclemencias del tiempo son letales para la agricultura por lo que los productores deben hacer grandes sacrificios para alcanzar una alta productividad agrícola, a través de semillas transgénicas que ellos mismos han elaborado.
Yacuiba es un municipio de Bolivia, ubicado en el departamento de Tarija, en la frontera sur del país. Es la capital de la provincia Gran Chaco y la ciudad más grande y poblada del Chaco Boreal.
Las innovaciones para el avance de las producciones agrícolas avanzan cada día más gracias a la actuación de productores agrícolas como los de Yacuiba, quienes realizan una serie de cruzamientos para alcanzar los objetivos que se han planteado.
En ese sentido, se conoce que el único problema de ese cruzamiento es que el canuto de la planta es muy delgado, pero tiene buen anclaje por la cantidad de raíces que posee.
Yacuiba es una zona muy seca donde solo llega una proporción de 1.200 milímetros de agua de lluvia por año y gracias al empeño de los agricultores han logrado sacar un material que palía las consecuencias destructivas de las sequías.
Un invento propio
Esta iniciativa la han alcanzado por cuenta propia en un predio de esa región donde se muestran muy conformes con los resultados alcanzados con las semillas transgénicas que han logrado crear para solventar el difícil inconveniente mencionado.
En la creación de este tipo de semillas han contado con la colaboración de un ciudadano menonita, y en conjunto con los productores del referido predio, lograron la semilla ideal que tanto aspiran alcanzar.
Están claros en señalar que en Yacuiba todos los agricultores utilizan las semillas transgénicas, pero el material que han logrado obtener es superior al que genera el producto original.
Han alcanzado altas producciones
«El material nuestro ya fue cosechado y la producción del grano fue de 148 quintales por hectárea para un 6.8 toneladas solo en este año en una parcela comercial. Ese producto fue llevado a los mercados de Santa Cruz», manifiesta con marcado orgullo uno de los productores entrevistados por Publiagro en condición de anonimato para evitar represalias.
El productor indica que se produce un grano colorado, granudo, de grata impresión a la vista.
A pesar de ser un transgénico afirma que seguirán experimentado con el mismo por considerar que si siembra una semilla convencional en un año malo solo podrán sacar entre 40 a 50 quintales por hectárea.
Esa cantidad no da ni para sacar los costos de producción, asegura, pues se debe tomar en cuenta la gran cantidad de agroquímicos que se deben utilizar, los cuales son muy costosos y superan de lejos al híbrido.
Señala que tienen que realizar las siembras con ese material transgénico debido a las difíciles condiciones climáticas de la zona de Yacuiba. No tienen otra manera de sacarle provecho a las cosechas.
Al responder a una interrogante referida a si la utilización de las semillas que han alcanzado se logró en forma progresiva mediante estudios realizados en los últimos años, señaló que este año 2022 sacó menos semillas que el año pasado en el que se tuvo una mayor cantidad de lluvia en la zona.
¿A qué se debe que tenga cinco mazorcas por planta?
«Eso se debe a la gran cantidad de nitrógeno que tiene el suelo, a los nuevos potreros, pero son solo algunas las que producen las cinco mazorcas. En promedio de la mayoría de las plantas de 20 a 25% son las que producen cinco mazorcas por planta», recalca.
Las plantas llegan hasta el final de las cosechas en forma normal, porque son sembradíos con semillas transgénicas, a las cuales no les entra el gusano, no se pudren y tienen un llenado muy homogéneo.
Con estos transgénicos señala que han ayudado a los productores vecinos por cuanto ese apoyo ayudará a esos colegas y, obviamente, a la economía local, todo gracias a los propios estudios que han realizado y que han mejorado en forma significativa las cosechas.
Apoyo total a los transgénicos
No tiene reparos en afirmar que apoya la utilización de los transgénicos para los sembradíos, aunque lamenta que las autoridades prohíban su utilización.
«Imagínense que a una parcela con semillas convencionales se le sacan de 90 a 100 quintales por hectárea, pero en otra con transgénico se obtienen hasta 140 quintales, es decir, se logran 60 a 70 quintales más y eso es ganancia», indica.
Considera que los costos son menores y por ende las ganancias son mayores, además las hojas sobrantes se utilizan para la alimentación de los animales.
Fuente: Publiagro