Según Anapo, se han perdido 45 mil hectáreas, donde se había sembrado sorgo, maíz, chía, trigo y girasol. Productores piden aprobar semillas transgénicas contra la sequía.
Debido a la sequía y las heladas, este año la producción de granos disminuirá en 800 mil toneladas en Santa Cruz y que corresponden a la campaña de invierno, anticipó la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo).
“Tenemos hectáreas de cultivos que se han perdido y otra cantidad está afectada porque los rendimientos serán menores. Estimamos que habrá una disminución de 800 mil toneladas de granos que se podían haber producido en una campaña normal”, indicó el gerente de Anapo, Jaime Hernández.
El presidente de Anapo, Fidel Flores, informó que los productores del gremio lograron sembrar unas 770 mil hectáreas con cultivos de trigo, sorgo, maíz, girasol y chía en esta campaña de invierno 2022, que son producidos como rotación de cultivos a la producción de soya de verano, dentro de un manejo sustentable de su sistema productivo.
“Sembramos una superficie importante en esta campaña de invierno para producir granos que son esenciales para otras cadenas productivas alimenticias, lo que demuestra el compromiso que tenemos los productores de garantizar la producción de alimentos para el país”, añadió Flores.
El dirigente señaló que de acuerdo con el informe técnico de la asociación, se lograron sembrar 118 mil hectáreas de trigo, 166 mil hectáreas de girasol, 58 mil hectáreas de maíz, 408 mil hectáreas de sorgo y 20 mil hectáreas de chía, las cuales hacen las 770 mil hectáreas cultivadas en esta campaña de invierno. “Es una superficie muy similar al área sembrada en la anterior campaña de invierno 2021, lo que también demuestra que existe un estancamiento en la superficie que está siendo producida”, puntualizó.
Sin embargo, Flores lamentó que las condiciones climáticas adversas presentadas durante el desarrollo del cultivo, principalmente de sequía y heladas, han ocasionado la pérdida y afectación de miles de hectáreas con una considerable disminución en el potencial de productividad en estos cultivos. “Son 45 mil hectáreas que están totalmente perdidas y 493 mil hectáreas afectadas en distintos niveles, pero que disminuirán considerablemente la producción de granos, principalmente de sorgo, que ha sido el más afectado con 327 mil hectáreas entre pérdidas y afectadas de las 408 mil hectáreas sembradas”, advirtió.
Las zonas más afectadas son Pailón, San José de Chiquitos, Cuatro Cañadas, San Julián y El Puente, donde no llueve desde abril, con más de 60 días de extrema sequía que han ocasionado la pérdida y afectación de miles de hectáreas.
Los cultivos requieren de 500 milímetros de lluvia, aproximadamente, y solo hubo unos 300 milímetros en algunas zonas, que se dieron principalmente en abril.
Flores sostuvo que es fundamental que el Gobierno viabilice el uso de semilla transgénica con eventos tolerantes a la sequía, como es la tecnología HB4, que para los cultivos de soya, trigo y maíz puede contribuir de forma significativa a mitigar las pérdidas productivas y económicas que están siendo ocasionadas por la extrema falta de agua en los últimos años.
Impacto
Los cultivos de trigo, girasol, algodón y sorgo ocupan extensiones a simple vista inmensurables, llenas de color, que auguran -para inexpertos en el agro- un abastecimiento óptimo para el mercado interno. Pero, ante los ojos de los productores se viene una cosecha pobre, muy por debajo de lo alcanzado en años anteriores.
Se denota la falta de robusticidad y calidad -dicen- debido a la fuerte sequía que afecta los cultivos, similar al año pasado, en la campaña de invierno. “Si bien hemos producido, muchos productores hoy estamos más que preocupados. En los últimos años la cosecha es baja debido a la sequía y a la maleza que aparece con mucha más frecuencia. Uno puede ver hoy los terrenos cultivados, pero si analiza a detalle se ve un crecimiento muy lento, sin robustez, disparejo y propenso a malezas. Todos estamos esperando que llueva”, dice Chanel Camino, un joven nacido en San Julián.
El año pasado la producción de soja, maíz, trigo, girasol y sorgo en el oriente boliviano llegó a 4,7 millones de toneladas, un 6% menos que en 2020. Y para este 2022 se prevé una producción similar.
La inversión en tecnología es el desafío de más de 14.000 productores contra la sequía y el ataque agresivo de plagas que disminuyen la productividad, la calidad y la cantidad de su producción. “Espero en esta cosecha sacar hasta una tonelada por hectárea. Antes sacaba hasta 1,6, pero la falta de lluvia afecta. El trigo ya está más de un mes sembrado y está pequeño, lo mismo pasará con la soya”, lamentó Rosendo Vera, de Cuatro Cañadas.
Fuente: Página Siete