Así lo sostiene el ganadero Eduardo Ciro Añez, quien alaba el esfuerzo que realizan en el campo la nueva generación que se dedica a ese duro trabajo, pero que han demostrado en la Segunda Faena Técnica de animales de la Raza Nelore que están tomando con buen pie la batuta en el negocio ganadero.


Eduardo Ciro Añez, propietario de cabaña Las Madres y del confinamiento Santa Lucía califica como una buena experiencia el haber participado en la Segunda Faena Técnica de animales de la raza Nelore, porque no solo lograron mostrar el buen trabajo que realizan con la genética sino todo lo que han aprendido en el manejo de la nutrición.
Los ejemplares de su Confinamiento Santa Lucía – Pailón alcanzaron la medalla de plata en la categoría correspondiente al mejor lote de carcasas de machos a pasto y suplemento, logro que lo llena de júbilo.
Destaca que el esfuerzo que han demostrado se tiene que traspasar a todos los productores ganaderos por considerar que nada es imposible, solo hay que definir y querer hacerlo.
«En este evento aparecieron muchos más productores y más animales en las diferentes categorías lo cual demuestra que la evolución en la genética nacional de la raza nelore es bastante alta en los renglones de carcazas, rendimiento y gordura. Es allí donde se demuestra que estamos mejorando».


Por esta razón considera que la ganadería boliviana tiene mucho que ofrecer y ofrece mucho para seguir adelante a los fines de buscar otros mercados en el exterior.
Los jóvenes toman la batuta
En cuanto al futuro de la ganadería del país señala que está en muy buenas manos, pues en su caso ya tiene a sus hijos Fabio y Marcelo trabajando en el negocio y le han demostrado que son mejores que quienes iniciaron la empresa.
A su juicio esa es la gran satisfacción que tiene como padre porque es un firme creyente que el deber del hijo es superar el trabajo que han realizado los progenitores.
Es por eso que en la premiación del concurso nelore se apreció a muchos jóvenes recibiendo los galardones otorgados porque sostiene que son ellos los que están despuntando en el negocio.
«Les abrimos la brecha a nuestros hijos y ellos han sabido llevar adelante porque de alguna manera recibieron el mensaje y principalmente creo que están gustosos de lo que hacen».
Para finalizar agrega que no es fácil vivir en el campo porque la vida allí no es para cualquiera y a las nuevas generaciones les cuesta adaptarse, pero estima que han ido sembrando para que den continuidad al trabajo que ellos como padres han realizado.
Redacción: Publiagro