Con lo que rinden cuatro productos del bosque se podría generar al año el doble de ingresos que con la exportación de productos agroindustriales, dijo el técnico de la Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático, Marcos Nordgren.
“La agroindustria genera aproximadamente 1.500 millones de dólares y si produjéramos de una forma adecuada productos como el majo, el asahí, el cacao silvestre y la castaña se podría generar más de 3.000 millones de dólares por año”, indicó Nordgren, quien participó del Análisis de los Compromisos Climáticos de Bolivia desde la Sociedad Civil.
En el encuentro se analizaron las 34 metas planteadas por el Gobierno boliviano hasta 2030 para proteger el medioambiente y apostar por una economía más sostenible en el marco de cuatro áreas: agua, energía, agricultura y bosques.
Se debe considerar la importancia de esta última área, ya que al menos el 50 por ciento del territorio boliviano está cubierto de bosques, además que el cambio de uso de suelo y la deforestación generan el 85 por ciento de las emisiones contaminantes del país, de acuerdo a datos del World Resource Institute (WRI).
El Gobierno tiene como meta reducir la deforestación en 80 por ciento, pero Nordgren indicó que esto es insuficiente y se podría detener por completo la extinción de bosques si en lugar de promover la agroindustria, la ganadería y la minería, se apostara por una “economía del bosque” .
Según datos preliminares, la exportación de productos derivados de la soya generó el año pasado 1.324 millones de dólares, de productos derivados del girasol 137 millones, de carne bovina 98 millones y de azúcar 60 millones.
Aumentar la producción de estos implica expandir la frontera agrícola en desmedro de los bosques. Para Nordgren, urge una propuesta estructural que viabilice el desarrollo de una economía alternativa, que además de ser sostenible con el medioambiente genere una distribución de ingresos más dinámica en beneficio de la población.
Otra de las iniciativas que amenaza con más deforestación es la implementación del proyecto de biodiésel, el cual, según el investigador Francesco Zaratti, no responde a un afán de reducir la contaminación por el uso de combustibles fósiles, sino más bien a una urgencia económica para reducir la importación de diésel y combatir la baja producción de hidrocarburos en el país.
Zaratti señaló que cualquier transición energética o de una economía extractiva a una más sostenible será mejor implementada con inversión extranjera y de la cooperación internacional.
Nordgren recordó que cualquier propuesta para reducir la destrucción del medioambiente pasa por alternativas para reemplazar la minería y la agroindustria.
BOLIVIA ESTÁ ENTRE LOS PRIMEROS
En 2021, un reporte de Global Forest Watch señaló que Bolivia estaba entre los países con mayor deforestación a nivel mundial, junto a Brasil, Perú, la República Democrática del Congo e Indonesia.
De 2002 a 2020, Bolivia perdió al menos 3 millones de hectáreas.
Fuente: Los Tiempos
