En un interesante estudio publicado en el portal brasileño Giro do Boi, se establece que el número de cabezas de ganado por hectárea depende del tipo de manejo de pasto adoptado en la finca.
Son varios factores que pueden influir en el número de cabezas de ganado por hectárea en una propiedad. En Brasil, la tasa de ocupación por hectárea se mide por la AU (unidad animal), que corresponde a un peso estándar de 450 kg de peso vivo, de acuerdo a un interesante estudio publicado en el portal Giro do Boi.
El promedio de ganado bovino en las áreas de pastoreo en Brasil, según datos del Censo Agropecuario realizado por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) en 2017, es de 0,97 UA/ha, es decir, en promedio, algo cercano a una cabeza de ganado por hectárea.
Intensificación de la producción
El análisis precisa que a medida que se intensifica el sistema productivo, este promedio sube. Los sistemas de pastoreo continuo, fertilizado, rotado, irrigado y alterno pueden aumentar la capacidad de apoyo a entre 15 y 20 cabezas de ganado por hectárea, o más.
En términos generales, se tiene la estacionalidad de la oferta forrajera durante todo el año, que gana vigor y valores nutricionales acentuados en las aguas, pero pierde capacidad de sustentación en invierno.
En ese sentido precisan que solo por eso, ya es un desafío ajustar la capacidad productiva de las áreas de pastoreo. A esto se suma el tipo de sistema productivo en la finca. Ya sea extensivo, semi-intensivo o intensivo.
Igualmente, se suma el tipo de categoría animal de la que se habla, ya sean vacas preñadas, con terneros a sus pies, novillas o animales adultos. Cada tipo de animal necesita una cantidad específica de materia seca disponible.
Consideran que es importante elegir el forraje apropiado para el sistema y ajustar la carga animal a la capacidad de carga del área, para evitar el subpastoreo y el sobrepastoreo.
Subpastoreo y sobrepastoreo
El subpastoreo es cuando la carga ganadera está por debajo de la capacidad de carga. El animal tiene la oportunidad de seleccionar mejor el pasto, lo que mejora la ganancia individual, pero deja mucho que desear en la ganancia de área.
En el sobrepastoreo, la carga ganadera y la presión de pastoreo son mayores que la capacidad de carga del área. El animal selecciona menos, entonces pasta más, hace más “tiempo extra” en el pasto, lo que resulta en un menor rendimiento y ganancia individual.
Consideran que lo ideal es un equilibrio entre las dos situaciones, para no comprometer el resultado por área y entorpecer la capacidad de rebrote de las áreas de pasto después del pastoreo.
Para finalizar señalan que lo más adecuado es buscar un técnico que ayude en la planificación forrajera de la zona, con el establecimiento de la variedad de pasto más adecuada al tipo de suelo, clima y nivel de intensificación del sistema de producción.
Fuente: Giro de Boi
Traducción: Publiagro