Entre febrero y marzo sustrajeron 62 panales, en cuatro sectores del departamento. La gestión pasada, las pérdidas ascendieron a un millón de bolivianos.
Los apicultores de Cochabamba alertaron que hay una ola de robos de colmenas en el departamento.
Solo en los últimos dos meses (febrero y marzo) sustrajeron 62 panales. En promedio, están ocurriendo dos hurtos de este tipo cada día.
El presidente de la Federación de Apicultores de Cochabamba (FEDAC), Nabor Mendizábal, informó que esta situación se da, sobre todo, en cuatro sectores de la Llajta: Valle Alto, Santiváñez, Quillacollo y Vinto.
Añadió que esta “ola de robos” se desencadenó unas semanas después de las fiestas de Carnaval 2022 en el país.
“Nos están matando las colmenas por un poco de miel”, sentenció Mendizábal y agregó que los ladrones se están llevando colmenas enteras, incluyendo “núcleos” con los que “seguro no saben qué hacer”.
Cada uno de esos núcleos puede llegar a costar hasta siete mil bolivianos, pero “muy poca gente conoce esto”.
TESTIMONIOS Una de las víctimas es Iván Torrico, un apicultor que está en el rubro desde hace más de 30 años. Perdió 29 panales, cada uno de ellos está valuado, como mínimo, en 1.600 bolivianos. Si están llenas de miel, su valor es mayor.
Sospecha que detrás de estos hechos hay “un apicultor bastante instruido”, debido a los “cortes perfectos” que realizó en las estructuras para no dañar los alambres.
A Iván le robaron cuatro veces en los últimos dos meses, a pesar de que tomó la decisión de instalar vigilancia nocturna.
Frente a la inacción de las autoridades, debido a la ausencia de un marco legal específico, el apicultor víctima retiró su apiario de la zona y perdió al menos 500 kilogramos de miel que preveía cosechar.
SITUACIÓN Estos nuevos robos se suman a otros registrados la gestión pasada. Según Mendizábal, el sector fue despojado de 658 colmenas en 2021 y las pérdidas económicas ascienden a un millón de bolivianos.
En Independencia y Cocapata hay gente que perdió hasta 80 colmenas. Mientras que en Mizque ya es “costumbre” robar.
Fuente: Opinión