Es prioritario prevenir el estrés térmico en bovinos de producción

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2010
Foto: Contexto Ganadero

Especialistas argentinos recomiendan que por su sensibilidad a los cambios de temperatura y humedad, se deben conocer las señales que indican si el ganado está fuera de la zona de confort.

En Argentina el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) mantiene firme la campaña de prevención del estrés por calor en animales de producción. Brindando algunas recomendaciones a personas vinculadas con la crianza de ganado bovino.

Al estrés térmico o calórico se le atribuye la disminución, la fertilidad, la producción y el rendimiento de los hatos ganaderos, mientras aumenta el riesgo de muerte por golpe de calor. 

Es importante considerar que cada día de estrés calórico representa un día de pérdida para quien se dedica a la producción.

En épocas de altas temperaturas, en épocas de calor se recomienda chequear semanalmente el Índice de Temperatura y Humedad (ITH). 

Ese índice -que es un número utilizado para evaluar si las condiciones ambientales resultan estresantes para los animales- permite tomar las medidas preventivas adecuadas. 

Se debe vigilar la intensidad del calor

Para estimar la severidad de las condiciones de estrés calórico a las que se encuentra expuesto un animal, es de relevancia contemplar no solo la intensidad del ITH (alerta, peligro o emergencia), sino también su duración (cantidad de días con ITH superior a 75) y la frecuencia de exposición a esas condiciones (cada cuanto tiempo se repiten las olas de calor).

Estiman que para que un animal expuesto a condiciones de estrés térmico pueda perder el calor acumulado a lo largo del día y recuperarse, se estima que la temperatura debe descender por debajo de los 21°C en la noche, durante al menos unas seis u ocho horas.

El cuidado con la alimentación

El tipo de alimentación también se relaciona con el riesgo de golpe de calor. El pastoreo con pasturas infectadas por hongos productores de toxinas denominadas ergoalcaloides, así como la administración de raciones hipocalóricas incrementan el riesgo.

¿Qué signos pueden observarse en los bovinos?

Con mayor frecuencia pueden observarse en los bovinos, en primera instancia, son el aumento de la frecuencia respiratoria y del consumo de agua, así como la búsqueda de sombra. 

A medida que las condiciones estresantes se agravan, comienzan a observarse: disminución de los desplazamientos, reducción del consumo de alimentos, disminución del tiempo dedicado a rumia y descanso, jadeo, salivación excesiva y protrusión de la lengua.

 Además, el estrés calórico puede llevar a una disminución en el consumo de alimento, en la ganancia de peso y en eficiencia productiva, así como un aumento en la susceptibilidad a enfermedades.

Medidas para prevenir 

Recomiendan proveer espacios de sombra suficientes para todos los bovinos. La sombra de árboles es una de las más efectivas, ya que no solo disminuye la radiación, sino que produce menor temperatura del aire por la evaporación desde las hojas.

De igual fiorma afirman que cuando la provisión de sombra es artificial, debe colocarse de manera de permitir el movimiento de aire por debajo de la misma (a una altura de entre tres y cuatro metros). 

Se recomienda el uso de malla plástica de media sombra con 80% de densidad, orientada de norte a sur. Además, es importante que el ganado tenga suficiente espacio para evitar el hacinamiento, esto implica disponer entre dos y cuatro metros cuadrados por animal. Todos los animales deben tener acceso libre a la sombra.

Otras recomendaciones son: proporcionar agua fresca, limpia y abundante. Debe considerarse que un bovino adulto puede consumir, en promedio, hasta 107 litros de agua por día (7 % de su peso). 

Y si se trata de una vaca lechera de alta producción, puede ingerir hasta 140 litros por día. Además, se recomienda realizar un análisis del agua para determinar las concentraciones de sales y prevenir el rechazo de su consumo.

El agua deber estar accesible y cerca de los animales. Las fuentes de agua deben estar ubicadas en lugares estratégicos de acceso fácil y rápido. 

Se debe controlar el caudal y la presión antes de períodos de extremo calor y asegurar espacio suficiente en los bebederos.

Se debe tener en cuenta que el consumo abrupto de agua, luego de períodos de privación de la misma, puede desencadenar un cuadro de intoxicación con signos nerviosos.

Es necesario adecuar la alimentación. Así debe suministrar  dietas «frías» (aquellas que por su composición minimizan la generación de calor metabólico manteniendo la oferta de nutrientes). 

Además, es conveniente conocer el nivel de infección con hongos productores de ergoalcaloides presentes en las pasturas para evitar su ingestión. 

En bovinos lecheros, se debe priorizar los pastoreos nocturnos y de madrugada. En el engorde a corral, administre entre el 30% y 40% de la ración por la mañana y el resto por la tarde.

Se debe evitar manejos estresantes durante las horas calurosas. Cuando esto no sea posible, realice los arreos de manera tranquila, respetando el paso de los animales. 

Los encierres y trabajos en manga deben realizarse a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde-noche. Debes brindar agua y alguna fuente de alimento, en los corrales donde permanecerán los animales. 

También es necesario consultar el pronóstico del tiempo antes de programar los manejos de la hacienda. Planificar todas las tareas y preparar los materiales necesarios para minimizar el tiempo de los animales en mangas y corrales.

Cuando se prevean temperaturas elevadas se debe refrescar la hacienda. Se recomienda hacerlo bien temprano a la mañana o durante la noche, utilizando un caudal suficiente para penetrar el pelo. 

Si se los moja en horas de mucho calor y de manera insuficiente, puede ser contraproducente. También se puede mojar el suelo de los corrales, sin llegar a embarrarse, para minimizar la radiación indirecta. 

En bovinos lecheros, proporcione ventilación adecuada en sala de ordeñe y utilice ventiladores y aspersores en patios de espera y en el área de comederos y túneles de enfriado. 

Se recomienda combinar períodos cortos de mojado intensivo con momentos prolongados de ventilación. El tamaño de gota durante la aspersión debe ser lo suficientemente grande como para mojar al animal.

Finalmente, se debe poner atención al comportamiento de los animales para identificar síntomas de estrés calórico de manera temprana. Ante cualquier duda, consulte al veterinario.

Fuente: Uruguay Sustentable /Agri total

Redacción: Publiagro