Un interesante trabajo del portal biodiversidad acrecienta la discusión en torno a la utilización de los dos tipos de semillas. Sostiene que llegó el tiempo de crear políticas de semillas basadas en los derechos humanos: salvaguardando la biodiversidad y el derecho a la alimentación.
Desde tiempos ancestrales las semillas cultivadas por los campesinos y pueblos indígenas eran utilizadas con gran dedicación y hasta devoción, sin embargo, con la aparición de la propiedad intelectual y la biotecnología, todo cambió. Ahora las grandes corporaciones de insumos agrícolas tienen como objetivo mantener y ampliar el control corporativo sobre los alimentos.
Tal exacta descripción fue publicada en el portal biodiversidad.org en el que se destaca que este esquema está provocando que muchas comunidades agrícolas pierdan el control sobre las semillas que cultivan y seleccionan en sus campos las transgénicas para alimentar a la mayor parte de la población mundial.
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En ese sentido consideran que es tiempo de políticas de semillas basadas en los derechos humanos: salvaguardando la biodiversidad y el derecho a la alimentación.
FIAN Internacional advierte que las semillas son una cuestión urgente de derechos humanos. Proteger y promover los sistemas de semillas de las personas campesinas y de los pueblos indígenas es esencial para salvaguardar el derecho fundamental a la alimentación y a la nutrición y para proteger la biodiversidad mundial, que disminuye rápidamente.
Destacan que sólo cuatro empresas agroquímicas -Bayer-Monsanto, DowDuPont/Corteva, ChemChina-Syngenta y BASF controlan más de la mitad del mercado mundial de semillas y tres cuartas partes del mercado mundial de pesticidas.
Los regímenes de propiedad intelectual han contribuido masivamente a cimentar su dominio sobre las semillas y los sistemas alimentarios en general.
Tema importante en el punto en discusión planteado por los analistas del referido portal lo plantean así: Los sistemas de semillas de las personas campesinas y los pueblos indígenas se enfrentan a la amenaza existencial de que las corporaciones obtengan derechos de propiedad intelectual sobre las semillas.
De acuerdo a ese criterio esa situación restringe el derecho de las personas campesinas y los pueblos indígenas a conservar, utilizar, intercambiar y vender sus semillas.
«La contaminación por organismos genéticamente modificados (OGM) y la apropiación y explotación ilegítimas de las semillas tradicionales a través de las patentes de secuencias genéticas también socavan los sistemas de semillas de las personas campesinas», destacan
Así como el rápido crecimiento de los pesticidas, a menudo junto con la promoción a gran escala de semillas híbridas y OGM.
Ventajas de las semillas transgenicas
Son varias las ventajas que se le atribuyen al uso de las semillas transgénicas, también llamadas genéticamente modificadas, siendo entre otras las siguientes:
Mayor rendimiento.
Mayor producción.
Ahorro en el uso del suelo.
Reducción en el número de aplicaciones de plaguicidas.
Menos combustible.
Menos impacto ambiental.
Mejor calidad de vida para los agricultores.
Las posibles desventajas
En cuanto a las desventajas de utilizar las semillas transgénicas son las siguientes:
Aumento de la toxicidad. Las plantas tienen mecanismos naturales de defensa.
Aumento de las alergias.
Propagación de resistencias a los antibióticos.
Recombinación de virus y bacterias.
Aumento del nivel de residuos tóxicos en los alimentos.
Fuente: Biodiversidad.org
Redacción: Publiagro