La lucha contra el hambre mundial, que lleva adelante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) presta apoyo a los países para formular y aplicar políticas que aborden las condiciones de los agricultores pobres y en pequeña escala, potenciando sus medios de vida y mejorando su resiliencia y capacidad para escapar de la pobreza extrema.
El Índice de Pobreza Rural Multidimensional puede ayudar como instrumento de orientación a los responsables de la formulación de políticas y como herramienta de seguimiento para proyectos y programas que tratan de hacer frente a la pobreza rural.
Este Índice amplía los métodos actuales de medición de la pobreza rural al examinar con mayor detenimiento capacidades de la población rural como la seguridad alimentaria, la calidad de su nutrición, su educación y los niveles de vida.
En Bolivia, el PNUD, en un informe sobre el Desarrollo Humano señala que aunque Bolivia, en la última década, ha sacado a 1,6 millones de personas de la pobreza, en los últimos años 600 mil han vuelto a ser pobres, sostiene el economista José Gabriel Espinoza Yáñez en un análisis publicado en el portal digital Página Siete.
Además, la FAO y la Ophi han añadido dos aspectos fundamentales que repercuten en la vida de los habitantes del medio rural en particular, a saber, el acceso (o la falta de este) a activos agrícolas adecuados, la exposición a riesgos ambientales y de otro tipo y la protección social.
“Pese a que ya existen y se utilizan comúnmente una serie de medidas de pobreza, no resulta tan fácil disponer de información armonizada sobre la pobreza rural, que podría servir de base para una medición sólida y homogénea», refiere la nota de la FAO.
El Índice de Pobreza Rural Multidimensional se basa en el concepto de que una única dimensión, como los ingresos de los hogares, no refleja con exactitud la pobreza en las zonas rurales.


En la actualidad se reconoce ampliamente que unas condiciones de vida difíciles significan mucho más que una cuenta bancaria vacía.
Esa idea queda reflejada en el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) global, que fue presentado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y la Ophi en 2010 y que abarcó 109 países y 5 900 millones de personas en 2021.
El Índice de Pobreza Rural Multidimensional, que amplía el alcance del IPM global, incluye también una combinación innovadora de datos geoespaciales y datos de encuestas que cuantifica los riesgos de exposición a sequías, inundaciones y olas de calor de los habitantes del medio rural.
“La presentación de este innovador Índice de Pobreza Rural Multidimensional constituye un primer paso importante para configurar el entorno de datos y el análisis sobre la forma de seguir avanzando en la comprensión de la pobreza rural con el objetivo de ponerle fin en todas sus formas y dimensiones”, declaró la Sra. Sabina Alkire, directora de la OPHI.
Determinar de manera más precisa cuáles son las poblaciones en situación de pobreza extrema, dónde viven y qué obstáculos concretos les impiden salir de la pobreza en las zonas rurales, puede desempeñar un papel esencial a la hora de formular políticas más acertadas para luchar contra la pobreza y el hambre en el medio rural.
Fuente: FAO
Redacción: Publiagro