Los docentes y alumnos de la facultad de agronomía realizan una serie de experimentos con los probióticos en el agua que ingieren las aves desde que nacen hasta el momento del faeneo.
Una interesante experiencia llevaron adelante un grupo de estudiantes de la la facultad de agronomía de la Universidad Mayor de San Andrés al realizar una investigación sobre el uso de probióticos en el agua que beben los pollos para un engorde excelente.
En un trabajo del portal Prisma Agropecuario TVU se dan a conocer interesantes aspectos de este tema que sirven para lograr pollos sanos y con el peso adecuado.
El estudiante universitario Eloy Ramírez, del área de medicina veterinaria y zootecnia, ofreció su charla referida a la recepción de pollos parrilleros y el traslado de aves de engorde a las divisiones de diseño experimental.
En el momento del trabajo audiovisual acababan de llegar 204 pollitos BB con un peso promedio de 75 gramos y una temperatura de 35 a 37° centígrados en su manejo.
En otra parte de la instalación universitaria fueron mostrados otros 196 pollos un poco más crecidos con un peso de 580 gramos y temperatura de 22 a 25° grados centígrados.
Estos animales recibieron alimentos balanceados especiales, entre los cuales estaban el mate de coca, el cebollín, ajo y otros para prevenir la bronquitis infecciosa y la sitis.
En esa etapa ya los pollitos tienen peso y tamaño para ser ubicados en jaulas de medicina experimental. señala el alumno.
Juan José Vicente, docente en diseños experimentales pecuarios de la UMSA, explica que llevan adelante un ensayo con pollos parrilleros el cual tiene como objetivo evaluar dos dosis de una fórmula de probiótico contra un alimento que llamó testigo.
«En realidad tenemos tres tratamientos: las dosis de probióticos implementadas inicialmente son de un centímetro cúbico por litro de agua y la otra dosis es de 2 cc por litro», resaltó.
Al respecto, explicó que los probióticos son microorganismos cuyo efecto se manifiesta en el tracto digestivo de los pollitos con lo cual mejoran la asimilación en el consumo de alimentos y se logra una mejora en los parámetros zootécnicos que se traduce en la ganancia de peso para que al final se produzcan pollos por arriba de los dos kilos.
«El probiótico tiene una función especial que es la de mejorar la flora microbiana aspecto que le permite a los animales mejorar la asimilación de alimentos y por ende los índices productivos», sostiene el especialista.
En la instalación universitaria cuentan con 18 unidades experimentales y por la disposición que tienen de los bebederos han tenido que agrupar los tratamientos para tratar que cada fila corresponde a una dosis y todo ello obedece a la ubicación de los bebederos de agua que los obliga a realizar ese ajuste experimental.
«Lo que tratamos es de optimizar los insumos para que tengan un costo mínimo y es por ello que seguimos investigando sobre las dosis, lo cual nos ayudará a lograr una dosis óptima, la cual debería estar de 2 a 4 mililitros por litro de agua», destacó.
Explicó que entre las principales características que se toman en cuenta en la crianza de los pollos parrilleros están la ganancia de peso, y el peso de faena, entre otros aspectos.
Subrayó que así, una vez que se experimentan con probióticos se producen las formulaciones, las cuales varían de acuerdo a diferentes aspectos técnicos.
Fuente: Prisma Agropecuario
Redacción: Publiagro