Antonio Antezana, gerente general de Profel, empresa especializada en el área agrometeorológica, indicó que la producción boliviana de los cultivos de soya, caña de azúcar y otros, es solo la mitad de lo que producen en los países vecinos. Sin embargo, considera que aportes como los que impulsa la CAO de llevar el internet a los campos es un paso importante.
Acciones como las que realiza la CAO al promover el programa del Campo Conectado para que el internet llegue a los predios agropecuarios es un paso de gran avance y definitivamente eso es lo que necesita el país para salir adelante.
Así lo señala Antonio Antezana, gerente general de la empresa Profel, proveedora de productos agrícolas y además de servicios relacionados con la climatología, quien fue entrevistado a través de los canales de Cotas, en el marco de la puesta en marcha del programa Campo Conectado que promueve la CAO.
En la tertulia el experto en la materia de meteorología dio a conocer los avances que ha logrado la empresa que representa, especialmente en el tema del pronóstico efectivo y seguro del clima.
Estamos a mitad del camino
Antezana afirmó que en la actualidad el productor agrícola boliviano está a mitad de camino con referencia a lo que producen los países vecinos.
Colocó, como ejemplo, que en caña de azúcar el país llega a 50 toneladas por hectárea y las naciones vecinas ya han pasado de 100 toneladas por hectárea; en soya los productores nacionales pasan a duras penas las dos toneladas por hectárea cuando en los países vecinos están casi en cuatro y así están todos los demás cultivos.
Recordó que hace pocos días pudo apreciar que en los Yungas mostraban como estaban repletos de frutas, pero asegura que toda esa producción era peruana.
«¿Dónde estamos nosotros?. Si, ciertamente, utilizamos tecnologías, pero ¿no será que no las sabemos utilizar? Hay una frase que dice «por sus frutos los conoceréis» y definitivamente estamos a mitad de camino», recalca con mucha seguridad.
Al respecto señala que uno de los elementos importantes para subir la producción es justamente la agrometeorología, aspecto que se ha demostrado en países como Argentina.
Una empresa con 30 años de servicios
Destacó que Profel es una empresa que tiene más de 30 años de actividad en el mercado boliviano y ahora con la irrupción de la tecnología han mejorado los servicios que prestan al agricultor, en especial en el tema del agua tan necesaria para el trabajo agropecuario y en el referido a los pronósticos de la climatología.
Mencionó todos las ventajas que tiene su empresa para que el productor agropecuario pueda mejorar la producción en sus respectivos predios.
Agricultura de precisión, el primer autopropulsado, la aplicación electroestática son algunas de las interesantes materias de tecnología que han puesto al servicio de los agricultores.
Hace unos siete años afirmó empezaron a observar que se estaba presentando un cambio climático al darse cuenta que antes tenían hasta 12 a 14 kilómetros por hora de vientos y cuando descubrieron que hoy día los vientos son más de 25 kms/h, entonces comprobaron que el cambio climático es una realidad, aunque muchas personas no aun no creen en ese fenómeno.
«La única manera de discutir la percepción de ese fenómeno es con la medición, con los hechos y allí fuimos observando que efectivamente estaba ya presente el cambio climático», subrayó.
Si bien la empresa que representa proveía las estaciones metereológicas se preguntaron qué iba a realizar el productor agrícola al ver una lista de datos metereológicos, pero no sabía qué hacer con ese listado.
Por ello entendieron que la mencionada lista no significaba nada, que era necesario que los productores debían aprender a interpretarla y analizarla para volverla una acción.
Así apreciaron que estaba vigente la ciencia de datos y esa era la herramienta ideal, es decir, se tenía que registrar el dato, interpretarlo, sistematizar y volverlo una acción.
Se dieron cuenta, igualmente, que los datos metereológicos serían útiles si le dieran al agricultor un pronóstico cierto, con certeza, no el que estaban acostumbrados, el cual en muchas veces funcionaba a medias.
De esta manera entendieron que la ciencia, en este caso de los pronósticos y la Organización Mundial de Meteorología señala que el pronóstico atmosférico se puede realizar con certeza mayor al 80%, en un radio de tres kilómetros.
Lograron la efectividad en los pronósticos
«Nos dimos a la tarea de estudiar ese aspecto hasta lograr esa certeza y en algo más de un año conseguimos ya la efectividad en el pronóstico y empezamos a lanzarlo al productor», confiesa con sumo beneplácito.
Sin embargo, captaron un elemento que consideraron importante y eso fue entender que toda tecnología hoy en día está desarrollada en un sistema o proceso para cada tipo de usuario.
Colocó, como ejemplo, que hoy en día todos los equipos en agricultura de precisión generan mapas operativos, no obstante, señala que si se le pregunta a un agricultor si sabe algo del mapa, se descubre que nadie sabe de su existencia y menos de saber utilizarlo.
Es por esa razón que argumenta el hecho de que las tecnologías se desarrollan en ambientes diferentes al boliviano que al ser trasladadas al país y no se cuidan esos detalles, se subutilizan.
Desarrollaron un software para Bolivia
«Allí nos dimos cuenta de la necesidad de crear un software, desarrollado por nosotros para el tipo de usuarios que somos nosotros», subrayó.
Se preguntó si en Bolivia algún ingeniero agrónomo sabe qué es agrometeorología y señala que es difícil encontrar alguno por lo que considera indispensable enseñarles esa materia.
Por ello asegura que han sido muy meticulosos en el desarrollo del software, adaptándolo para el agricultor boliviano, con la finalidad de que el usuario vaya aprendiendo a usarlo e interpretarlo.
Ya han pasado cinco años del desarrollo del sistema que han creado y cada vez hay más interés en el mismo. Precisamente, hace poco instalaron estaciones metereológicas en el Alto Beni para monitorear el cacao orgánico.
«Esto quiere decir que la herramienta que aplicamos es una solución y el público por eso la demanda. Para nosotros ha sido muy satisfactorio porque en nuestro país desarrollar una idea tiene que ser a solo pulmón», confiesa sin tapujos.
No obstante, considera que acciones como las que realiza la CAO al promover el programa del Campo Conectado para que el internet llegue a los predios agropecuarios, es un paso de gran avance.
Sostiene que este programa es además motivador para las nuevas generaciones y definitivamente eso es lo que necesita el país.
El cambio climático y los cálculos
«El cambio climático está reduciendo la microcélula climática, eso significa que antes se tenía el dato de piso y se podía calcular los fenómenos climatológicos a 12 kms de radio, con certeza, hoy día el cálculo se redujo a tres kilómetros y si ese cambio se complica se seguirá reduciendo».
La FAO propuso en 2010 que a partir de esa fecha si se quería hacer agricultura era necesario monitorear y adaptarnos al clima y llamó a eso agricultura climáticamente inteligente.
A ese respecto señala que si bien el clima siempre ha sido variable, el cambio climático le aumentó una variabilidad que es necesario entenderla para poder adaptarnos a ella y así lograr cultivar con eficacia.
Fue enfático en señalar que muchos le tienen temor al cambio climático, pero considera que ese cambio puede convertirse en un buen negocio si se le busca lado positivo, tal y como lo hizo en Chile un productor de vinos que debió cambiar la zona de sus cultivos para lograr mejores beneficios y ahora ha duplicado las ventas.
Antezana señala que el cambio climático es un hecho ineludible porque todos lo están percibiendo por la intensidad de las lluvias, los períodos en los que llueve y eso es el cambio ante lo cual es necesario adaptarse y tratar de sacarle, si es que se puede, el mejor provecho.
«El Niño y la Niña son masas de agua donde circula una molécula de agua cada mil años. Es decir, cuando se estudia cómo el planeta cuida el equilibrio de la vida se debe pensar que Dios hizo algo realmente creativo. No hay como negar esa genialidad». argumentó para culminar.
Redacción: Publiagro
